Puede que vuestras vacaciones aún no hayan comenzado o que, tristemente, estén a punto de terminar. Sea como sea, aún queda mucho verano por delante y, tanto para esos fines de semana calurosos en los que apetece desconectar y huir de la rutina, como para ir pensando en próximas escapadas de cara al otoño, os propongo un encantador destino a menos de una hora de Madrid en el relajarse y perderse por unos días. ¡Ah! Y como no podía ser de otra manera, donde darse un buen homenaje gastronómico, tanto a la hora de cenar, como con un exquisito desayuno con productos locales y lejos del ajetreo y el bullicio de la gran ciudad.
Ficha y detalles del restaurante de La Casa del Presidente
- La Casa del Presidente es la escapada perfecta para salir de la ciudad y desconectar y relajarse en un entorno único repleto de historia. Poco más de una hora separa la capital de este enclave abulense de cinco estrellas que propone en cualquiera de sus 10 habitaciones un reparador descanso acompañado de una oferta gastronómica de excepción, tanto a la hora de la cena como en el desayuno. Su formato boutique, un servicio de lujo, y el gusto, el encanto y la autenticidad que se pueden encontrar en cada uno de sus rincones hacen de este hotel un oasis dentro de la impresionante muralla de Ávila.
- Lo mejor: Sus desayunos caseros y artesanos, la apuesta por trabajar con el mejor producto (muchos de ellos de la propia región) en cualquiera de sus propuestas, y una coqueta bodega que merece la pena curiosear.
- Dirección: Calle Telares, 1. 05002 Ávila
- Horario de cenas: 20:30h a 23:00h.
- Reservas: En el teléfono 91 429 53 30
- Precio: Menú cena 45 euros (65 euros con maridaje).
- Nota: 5/5
Esmero culinario basado en el mejor producto
A la altura de La Casa del Presidente está también su propuesta culinaria, para degustar tanto a la hora del desayuno para sus huéspedes, como en horario de cena. Los primeros se convierten en todo un homenaje a la que dicen que es la comida más importante del día. Caseros y artesanos.
Se sirven los desayunos en la propia mesa y comienzan con zumos naturales y una selección de fruta de temporada y los embutidos locales y quesos de la sierra de Gredos y el valle del Tiétar, acompañados de diferentes e irresistibles panes artesanos elaborados a diario en la Tahona del Sotillo, un obrador con más de 100 años de antigüedad donde se trabaja con masas madre en todas las elaboraciones que se molturan, muchas de ellas, en molino de piedra. De aquí también vienen las piezas de bollería que se acompañan de mantequilla, mermeladas artesanales, yogures naturales de vacas abulenses y café recién hecho o té a elección. Toda una delicia para comenzar el día de la mejor manera posible, disfrutando del producto de la tierra cuidadosamente seleccionado, preparado y presentado.
También en el comedor, situado en la que antaño fue la cocina, se sirven las cenas. La oferta, sencilla pero completa, invita a rescatar algunos platos de siempre como los huevos fritos camperos “Hermanos Redondo”, que juegan su mejor baza gracias al producto de máxima calidad con el que están elaborados, y a degustar las mejores conservas presentadas con un plus de originalidad, como los mejillones de las Rías Baixas calibre 7 acompañados con chips de verduras. Así encontramos un tomate rosa con ventresca de bonito del Cantábrico, el jamón ibérico de bellota de Guijuelo, el foie de pato de Soria, sardinas marinadas de Santoña, corazones de alcachofas con quinoa y espinacas, confit de pato y algunas concesiones al recetario local como las patatas revolconas con torreznos o el lomo de olla con pimientos de cristal.
De postre, no falta nunca la tarta del presidente, de chocolate y con frutos secos y frutas del bosque por encima. Por el momento, las propuestas son ligeras y de temporada, pero no se descarta una evolución estacional con platos más contundentes de cara al otoño.
La Casa del Presidente propone menú de 45 euros al margen de su carta, que se puede ampliar con un maridaje seleccionado para la ocasión (65 euros). Sin embargo, para los que no quieran lanzarse con el maridaje, merece la pena echar un vistazo a su bodega, pequeña pero estudiada a la perfección, que cuenta con diferentes referencias de la zona (de Cebreros, El Tiemblo y El Barraco), etiquetas tanto clásicas como curiosas del país (como algunos monovarietales y coupages de Pinot Noir de la bodega vallisoletana Alta Pavina) y algunas etiquetas internacionales que pasan por Francia y llegan hasta California.
Un hotel exclusivo para desconectar
Historia, encanto y singularidad. La Casa del Presidente es uno de esos alojamientos en los que se puede soñar despierto, tanto por la tranquilidad que en él se respira, como por las anécdotas que allí se vivieron y que invitan a adentrarse en un época pasada y conocer de primera mano parte de la historia de nuestro país. Este hotel boutique fue en su día (desde los años 70 hasta los 90) la casa de verano de Adolfo Suárez, un rincón en el que, sin duda, tuvieron lugar numerosos acontecimientos que han quedado impregnados en sus paredes, en su recuerdo.
El inmueble, que aún cuenta gran parte de su estructura y su decoración anteriores, se ha convertido en un exclusivo hotel distribuido en tres plantas, que aún conserva, por ejemplo, el despacho del por aquel entonces presidente (ahora convertido en recepción), tan intacto que hasta se puede descubrir una de las puertas secretas que se usaron como seguridad. Vigas y contraventanas de madera propias de los palacetes castellanos, el zaguán de piedra que da la bienvenida a los huéspedes, e incluso la cocina, donde ahora tienen lugar los desayunos y las cenas, exquisitamente conservada y decorada con azulejos y enseres de cobre.
Los salones sociales -con sus chimeneas, sus sofás tipo Chester, y piezas muy especiales entre las que se incluyen obras de arte originales, muebles franceses de principios del XIX o un biombo oriental del año 1.600-, una coqueta bodega que merece la pena bajar a curiosear, su zona exterior con porches y jardines entre los que se esconde una piscina desde la que se puede tocar la misma muralla de Ávila, y sus 10 habitaciones exclusivas -cada una bautizada con un concepto diferente entre los que se encuentran Libertad, Paz, Coraje, Diálogo y Felicidad– convierten este alojamiento en una estancia de ensueño.
Lujo, comodidad, serenidad y una oferta gastronómica de excepción. La Casa del Presidente le suma todo eso la elegancia y el encanto de hospedarse en la que fue la residencia de verano del presidente Adolfo Suárez, una casa repleta de momentos vividos que forman parte de la historia de nuestro país. Bucear en su introvertida piscina dentro de las grandiosas murallas de Ávila este verano, disfrutar de una buena copa de vino en sus salones o ver nevar en la próxima temporada de invierno desde las cristaleras de su porche bien calentitos al lado de las chimeneas bien merece una escapada a este recién estrenado alojamiento que propone todo un santuario de relax y desconexión.