El estuario del río Belón y sus granjas de ostras.

El estuario del río Belón y sus granjas de ostras.

Reportajes gastronómicos

Una ruta imprescindible para los amantes de las ostras que visitan el sur de Bretaña

Entre Riec-sur-Bélon y su vecina Moëlan-sur-Mer se extiende un paraíso yodado de hedonismo donde la ostra plana es la reina. Estos son algunos de los puntos que no hay que perderse en el recorrido. 

28 junio, 2024 06:00

Así como Dorothy seguía el camino de baldosas amarillas que le llevaban hasta su mágico Oz, aquí el camino que se sigue es de ostras y sus conchas fosilizadas. Uno que serpentea el pintoresco y tranquilo estuario de Belón, al sur de Bretaña, y atraviesa un frondoso bosque hasta llegar a los establecimientos que ofrecen estos moluscos y otros tantos tesoros marinos.

Para llegar hasta esta parada, paraíso terrenal para los amantes de la ostra de Belón, aún hay que recorrer algunos kilómetros. Lo mejor que se puede hacer es explorar la costa francesa desde Burdeos y descubrir la asombrosa cultura que atesoran alrededor de este molusco. El camino está salpicado por granjas, en su mayoría pequeñas y familiares, donde se dedican a su cultivo, o simplemente una casita en el campo que las vende. 

La playa de Gohaud, en Saint-Michel-Chef-Chef, por ejemplo, regala unos atardeceres difíciles de olvidar y por la mañana, cuando ha bajado la marea por completo hasta casi perderse con el horizonte, los locales acuden a buscar entre todas las rocas que el agua ha dejado al descubierto un sin fin de ostras y otro tanto de mejillones. 

Una mañana en Saint-Michel-Chef-Chef.

Una mañana en Saint-Michel-Chef-Chef.

En este caso mejillones bouchot, unos de pequeño tamaño que crecen a montones  en Bretaña, segunda región productora de Francia, después de Normandía. Ataviados con cestas y cuchillos se llevan el aperitivo a casa. En mi caso fue el desayuno y os aseguro que supo a gloria. 

Podríamos detenernos cada kilómetro, sin exagerar, pero el plato fuerte viene en las costas que bañan el río Belón, casi cuando se funde con el mar. En la comarca de la que es capital Riec-sur-Belon, pequeña ciudad al sur de la región de Finisterre, en el extremo occidental de la región de Bretaña, enclava entre los ríos Belón y Aven, cuya reputación se debe a las ostras.

Las ostras quedan al descubierto cuando baja la marea del río Belón.

Las ostras quedan al descubierto cuando baja la marea del río Belón.

Tanto así, que hasta le han dedicado su propio 'Oyster trail', el camino de las ostras, salpicado de los trocitos de las conchas que se han ido rompiendo con las pisadas de la gente pasando a formar parte del suelo. A lo largo del recorrido se encuentran algunas de esas cestas donde cultivan las ostras y que han quedado en desuso, así como carteles con información sobre la historia de su cultivo y cómo se ha convertido en motor que dinamiza la zona. 

El camino de las ostras.

El camino de las ostras.

Allí las ostras forman parte del paisaje y el hedonismo sencillo viene representado por una bandeja repleta de ellas junto a una copa de vino en un banco de madera a orillas del río. ¿Las vacaciones soñadas? Tal vez, sin duda una de las mejores escapadas. Turismo activo por la mañana, o lo que también llaman playa, y visitas a los ostricultores para ver a qué saben sus ostras en esa parte del Belón. 

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Una tradición centenaria

Las ostras Belon, también llamadas ostras planas europeas, se cultivan principalmente en el estuario del río Belon, una región que ha perfeccionado el arte de la ostricultura durante siglos hasta alcanzar la Medalla de Oro 2014 en París por su excelencia y singularidad. Se caracteriza por su hermosa gama de colores beige y marrón y su aspecto carnoso. Presenta un perfil gustativo complejo, conocido por su sabor rico y salobre y su textura firme, ha atraído a amantes del marisco de todo el mundo y, sin quererlo, a mí también. 

Ostras de Belón.

Ostras de Belón.

La historia de las ostras Belon se remonta a 1864, cuando se registraron las primeras referencias de su cultivo en la región. Fue Auguste de Solminihac quien arrancó con el modelo pionero, desde entonces la actividad ha perdurado gracias a un saber hacer transmitido de generación en generación.

El estuario del río Belon ofrece un entorno ideal para estas ostras, combinando aguas dulces y saladas que proporcionan un equilibrio único de nutrientes y minerales. Esta mezcla, junto con las frías y ricas aguas del Atlántico, permite a las ostras desarrollar su distintivo sabor y textura. 

Ruta de degustación en el sur de Bretaña

Una vez localizada la GR®34 a lo largo del Bélon, lo mejor es recorrerla de orilla a orilla y de puerto a puerto, es un paseo de 20 km. En los lechos de las granjas, las ostras crecen al ritmo que marcan las mareas, filtrando millones de diminutos organismos y atiborrándose de nutrientes. 

Huîtrières du Château de Bélon

Otro rincón de postal: el.

Otro rincón de postal: el.

Fundada en 1864, esta histórica explotación ostrícola ha sido gestionada por la familia Solminihac durante cinco generaciones. La finca mantiene el edificio antiguo de piedra que recuerda a una antigua fortaleza y en su interior diferentes tanques donde almacenan las ostras vivas en cestas, además del 'colmado' donde manejan las ostras para su distribución.

Ofrece degustaciones in situ con vistas al río Belon, visitas guiadas y, por supuesto, venta directa de ostras. Es la parada que abre (o que cierra) ese 'Oyster trail' que bordea la costa y cuenta con unos estupendos bancos de madera desde los que disfrutar de un bonito atardecer ostra en mano. 

Chez Jacky

La terraza de Chez Jacky sobre el Belón.

La terraza de Chez Jacky sobre el Belón.

Ubicado en el estuario del río Belon, Chez Jacky es una atracción en sí misma. Un restaurante de dos plantas, marinero y acogedor. La planta baja comparte espacio con una serie de piscinas de hormigón que se conecta con el agua donde crían una cantidad importante de marisco.

La frescura está garantizada en Chez Jacky.

La frescura está garantizada en Chez Jacky.

Langosta, buey de mar, centollo... producto con una frescura insuperable, teniendo el fondo marino al alcance de la mano. Chef Jacky se ha ganado fama por servir las ostras más frescas de la región, pero también unas bandejas pantagruélicas de marisco que viene acompañado de ingentes cantidades de mantequilla. Es Francia, cómo no.

El ambiente algo rústico y muy auténtico cuando cae la tarde es ideal para que los visitantes disfruten de las ostras de Belon en su forma más pura, mientras se empapan del encanto del lugar y observan el oscilar de la marea. Con un servicio más que amable y mesas llenas de gozo, regado por un buen vino blanco de la casa, una cena inolvidablemente divertida está más que asegurada. 

¿Alguien ha dicho marisco?

¿Alguien ha dicho marisco?

Anne de Belon

Ostras aún en remojo antes de que baje la marea del Belón.

Ostras aún en remojo antes de que baje la marea del Belón.

Esta granja y tienda de ostras, operativa desde 1947, ofrece una experiencia educativa y gustativa única a cargo de la familia propietaria que vive en la misma granja. Abren desde primera hora de la mañana y su interior parece un auténtico mercado donde cestas de diferentes ostras y distintos tamaños se distribuyen por el espacio. Los visitantes pueden recorrer la granja, aprender sobre la historia y el proceso de cultivo de las ostras Belon, y luego degustar ostras frescas y saladas en la terraza. 

Ostras

Ostras

Huitres Morvan

La visita del día a x.

La visita del día a x.

Posados en otra ría no muy lejos del Belón se distribuyen otros tantos ostricultores con la misma intensa actividad. Uno que merece la pena visitar es Morvan, que lleva cultivando ostras desde hace casi 50 años en la ría de Merrien, en Moëlan sur Mer. Esta empresa familiar produce ostras y moluscos que vende localmente a particulares en la granja y en los mercados de Concarneau. Pero lo mejor es acercarse antes de que empiece a caer la tarde -los horarios en esta parte del mundo son caprichosos, así que es es bueno comprobarlos para evitar sorpresas-, y hacerse con una de sus mesas de la terraza frente a la ría y disfrutar de una degustación

Un legado vivo

El compromiso de los ostricultores locales para preservar el entorno natural y las técnicas tradicionales de cultivo es evidente en cada visita. La mezcla única de agua dulce y salada, combinada con un entorno natural protegido, garantiza que las ostras Belon continúen siendo un símbolo de calidad y artesanía. Belón puede ser el punto de partida o el punto final a una ruta por esta parte de Bretaña que se presenta infinita donde la ostra es protagonista e hilo conductor.