Jancis Robinson: "El vino español necesita un lenguaje más sencillo para los jóvenes"
- La periodista y crítica de vinos más prestigiosa del mundo presentó en Madrid su libro “Experto en vino en 24 horas” y la copa ‘Jancis Robinson x Richard Brendon’.
Jancis Robinson (Cumbria, 1950) ha inspirado y removido a toda una industria durante más de cuarenta años. Lo ha hecho a partir de obras sobre el mundo del vino, como “The Oxford Companion to Wine”, “The World Atlas of Wine” y “Wine Grapes” (la Biblia de los profesionales del vino) y también con sus diez memorables episodios sobre el vino emitidos en la BBC2.
Por si fuera poco, Robinson fue la primera mujer del mundo ajena al sector que consiguió el título de Master of Wine y es, según la revista Decanter, la crítica y periodista del vino más respetada del mundo. Actualmente, escribe una columna semanal en el Financial Times y ejerce de consejera de vinos para la bodega de la reina Isabel II.
“Experto en vino en 24 horas” (Planeta Gastro) es su nuevo libro. En él comparte toda su experiencia con ingenio y accesibilidad para todos los públicos. Desde la diferencia entre un vino tinto y un vino blanco, hasta saber valorar la forma de las botellas y entender sus etiquetas, pasando por las descripciones básicas de sabor, color y olor, cómo armonizar cada vino con una comida o saber valorar correctamente la relación calidad-precio de un vino.
Se trata de un generoso ejercicio de estilo y sabiduría que sintetiza el conocimiento básico (desarrollado tras más de cuarenta años de trabajo) necesario para dar unos primeros pasos, firmes y sólidos, en el aparentemente inaccesible universo del vino.
Cocinillas: ¿De verdad se puede saber de vinos en 24 horas?
Jancis Robinson: Si te puedes leer el libro en 24 horas, puedes saber de vinos en 24 horas. El objetivo de este libro es compartir mis conocimientos y hacer que el lector se sienta un experto en vinos seguro de sí mismo, centrándonos en lo esencial, en lo que de verdad importa.
Cocinillas: ¿En qué momento se encuentra el mundo del vino?
Jancis Robinson: En América en un momento muy dinámico, por no hablar de China, donde no para de crecer. En la mayoría de Europa sigue en su sitio, se mantiene en el lugar noble en el que ha estado siempre.
Cocinillas: ¿Cuál es su opinión sobre los vinos españoles?
Jancis Robinson: Los vinos españoles tienen mucha fuerza, en concreto Jerez es un regalo muy especial para el mundo, y espero que lleguen a ser reconocidos como merecen.
Cocinillas: ¿Qué nos hace falta para conseguirlo?
Jancis Robinson: Que vuestros productores dejen España para dar sus vinos a conocer, para catar con otros profesionales y promover las historias que les confieren carácter e identidad. Que se acerquen a un público más joven a partir de un lenguaje más sencillo, menos snob. En definitiva, hacer del vino algo simple.
En este esfuerzo por democratizar el vino para que pueda llegar y enamorar a todo el mundo, Robinson ha participado en el diseño de una copa única para todo tipo de vinos, creada específicamente para ofrecer la mejor experiencia de cata con todos los vinos. Una copa pensada para cualquier vino, sea cual sea su color, fuerza o efervescencia, que además se puede lavar en el lavavajillas.
“La gente no tiene en su casa una copa diferente para cada vino, nadie tiene espacio para tanta vajilla solo porque los productores de champán o de Jerez se empeñen en demostrarnos cómo se comporta cada vino según el vaso. La tendencia se dirige hacia una copa única que valga para todo, que consiga ensalzar las características organolépticas de cada vino y nos permita disfrutar plenamente de todos sus aromas y sabores”, sentencia Jancis Robinson.
Cocinillas: ¿Está todo inventado en el mundo del vino?
Jancis Robinson: No, claro que no. Hay muchas nuevas zonas vitivinícolas, por ejemplo en España, que aún pueden ser descubiertas. De hecho, el mapa del vino español es uno de los más dinámicos del mundo. Cada vez que se publica un mapa del vino, el terreno de España es el que más cambia de todos. Algo parecido a lo que sucede con Chile, que tiene ese norte y ese sur tan radicalmente distintos.
Cocinillas: ¿Hay sitio entonces para nuevos productores y proyectos?
Jancis Robinson: Por supuesto que sí. Con el cambio climático, el vino se está moviendo hacia otras zonas del mundo y hay mucho interés en lugares como Canadá, Bélgica, Dinamarca, Polonia, Noruega, Inglaterra e incluso Finladia, donde ya se están haciendo cosas muy interesantes.
Cocinillas: ¿Cómo afecta el calentamiento global al vino?
Jancis Robinson: En primer lugar, en muchos lugares del mundo ya empiezan a vendimiar antes de lo habitual. En general, es más fácil cultivar buenas uvas ahora, pero los cambios drásticos de clima como las heladas, el granizo, las olas de calor… son mucho más dramáticos. Hay una expresión inglesa para describir una situación dirigida hacia el desastre de manera ineludible: “Going to hell in a handbasket”. Así es como está el mundo, supongo.
Cocinillas: ¿Está el vino en riesgo entonces?
Jancis Robinson: No lo sé, pero el vino es un buen indicador del cambio climático y hay muchos países que están trabajando activamente para contrarrestar sus devastadores efectos. Es el caso de Australia, que lo está sufriendo mucho. Aún hay muchos interrogantes y tenemos que encontrar cuanto antes soluciones para ahorrar agua, que cada vez es más escasa.
Cocinillas: ¿La globalización también ha afectado de alguna manera el mundo del vino?
Jancis Robinson: Creo que el vino no ha sufrido tanto cambio debido a la globalización porque sigue sin ser dominado por las grandes empresas. La globalización ha traído efectos buenos para el vino, ha facilitado adquirir vinos de otros países en cualquier parte del mundo y ha contribuido a que compartamos conocimientos entre continentes.
Cocinillas: ¿Es el Nuevo Mundo una amenaza o un modelo a seguir?
Jancis Robinson: El Nuevo Mundo, es decir, todo lo que se hace fuera de Europa, supone una buena competencia para el Viejo Mundo. Nos hace trabajar más duro para estar al mismo nivel.
Cocinillas: ¿Ha pensado alguna vez que sus críticas de vinos pueden hacer rico a un productor y arruinar por completo a otro?
Jancis Robinson: Honestamente, no creo que tenga tanto poder [ríe]. Además, nunca escribo reseñas diciendo que un vino es terrible.
Cocinillas: ¿Qué rasgos valora más en un buen vino?
Jancis Robinson: El sabor, su capacidad para envejecer, si me hace querer dar otro trago. Para mí, tanto el vino blanco como el tinto son igual de interesantes. Y si es bueno, me gustan por igual los dulces, los potentes y los espumosos. Tengo la suerte de vivir y trabajar en Londres, donde puedo probar gran variedad de vinos rodeada de los mejores catadores profesionales del mundo.
Cocinillas: Hablando de Inglaterra, ¿por qué un país que no hace vino se interesa tanto y de manera tan activa por el mismo?
Jancis Robinson: Porque somos una nación tradicionalmente importadora. Lo llevamos haciendo desde hace siglos y hemos aprendido a seleccionar y valorar los mejores productos. Inglaterra es un lugar excepcional para beber vino, si no fuera por los altos precios en los restaurantes. En ese sentido, España es el mejor sitio.
Cocinillas: Un buen paladar, ¿nace o se hace?
Jancis Robinson: Solía pensar que se hace, pero hay un sector muy grande de la población que tiene problemas para desarrollarlo por una u otra razón. Lo supe cuando perdí mi paladar durante varias semanas por culpa de una enfermedad. Fue aterrador. Por otro lado, tengo tres hijos y los tres son muy buenos catadores. Quizás también haya un componente genético.
Cocinillas: ¿Qué opina sobre el gusto actual por los vinos naturales?
Jancis Robinson: Que es un error por parte de la industria empeñarse en desnaturalizar el vino porque es precisamente esa parte natural lo que parece estar atrayendo a la gente más joven. Empieza a ser necesario un diálogo entre los viejos productores convencionales de vino y los jóvenes consumidores de vinos naturales.
Cocinillas: Y en cuanto a sus gustos, ¿qué vino abre Jancis Robinson cuando llega a casa?
Jancis Robinson: Lo cierto es que recibo mucho vino para catar y siempre tengo varias botellas abiertas en casa. Guardados debo tener alrededor de 200 botellas. El problema es que también tengo una bodega y mi marido siempre me pregunta cuándo vamos a beber nuestros propios vinos [bromea].