Vareia Beronia, el lanzamiento del primer viñedo singular de la poderosa firma riojana
Desde que la D.O.ca. Rioja aprobó la alta categoría de viñedos singulares, se ha abierto una carrera para elaborar los supuestamente vinos más exquisitos de la denominación.
20 febrero, 2023 11:51Bodegas Luis Cañas, Ondarre, Izadi, Hermanos Hernaiz, Cerrado del Castillo de Cuzcurrita, Conde de Valdemar…,son algunas de las grandes firmas que están elaborando vinos procedentes de “viñedos singulares”, teóricamente los más exquisitos de la zona, los que pueden representar mejor las virtudes y la personalidad de un terruño determinado. Ahora se incorpora Vareia Beronia 2019, un vino excelente que cumple perfectamente con esa filosofía.
La Denominación de Origen calificada Rioja, se llama “calificada” porque todos sus vinos deben aparecer en el mercado embotellados. No se admiten graneles. Junto con la tarraconense D.O. ca. Priorat, son las dos únicas en España con esa distinción.
Todos los vinos embotellados en ambas zonas deben tener la tirilla o contraetiqueta que indica que pertenecen a la denominación, y por la que pagan a la misma. Así que, si alguien les ofrece un vino en una garrafa diciéndoles que es Rioja o Priorat, o aparece en una botella sin contraetiqueta, diciéndoles, además, lo típico, que es de cosechero, quizá se ha hecho en la zona, o no, pero desde luego no están amparados por las denominaciones de origen.
En los últimos años hubo muchas batallas internas, que incluso condujeron a escisiones, motivadas fundamentalmente por las diferencias de precios entre dos vinos, teóricamente de la misma categoría. Pongamos, por ejemplo, un reserva, que de determinada marca puede aparecer en un lineal a 6 euros; y en la tienda de al lado, otra marca, también reserva, a 60. Así que algunas denominaciones decidieron “zonificar” para explicar un poco más esa diferencia. Entre ellas, Cava, Priorat, Bierzo y naturalmente Rioja, que permite ya poner en las etiquetas diferentes calificaciones, como “vino de zona”, “vino de municipio”, y en su caso la máxima categoría que es el vino de “viñedo singular”.
Cómo reconocer un viñedo singular
Para conseguir esa clasificación se necesitan una serie de condiciones. Primero, que la edad del viñedo sea mayor de 35 años. Mientras más vieja sea la planta más se controla a sí misma. Da menos racimos, pero mejores. Hay muchas bodegas, como la mítica Vega Sicilia, que no hace vino con uvas de menos de diez años; y no hay bodeguero en este país que no presuma de tener viñedos viejos. Sea verdad o mentira, claro. Recuerdo en una ocasión precisamente a Pablo Álvarez, al frente de Vega Sicilia, un tipo con un excelente sentido del humor, levantándose de una comida diciendo: “Os dejo que tengo que ir a plantar viñedos de 100 años”.
El segundo punto, viene relacionado con el primero, y es la producción de la planta. En tintos un viñedo singular no puede superar los 5.000 kilos por hectárea y 6.900 en uvas blancas. La D.O. ca. Rioja admite, para el resto de los viñedos, 6.500 kilos por hectárea en tintos y 9.000 en blancos. Que ya en sí mismas son cifras razonables. Las viñas viejas que se autorregulan no suelen llegar a los kilos que exige el reglamento.
Por último, que el viñedo sea delimitado, que la vendimia sea manual en pequeñas cajas, y ya la prueba final, que un comité de cata del consejo regulador declare al vino que sale de ese viñedo como excelente.
Vareia fue plantada de tempranillo en 1950, es decir que tiene más del doble de tiempo de la exigencia de viñedos singular. La finca es pequeña, tiene 1´6 hectáreas, así que su producción no llegará a 5.000 botellas. Está en Ollauri, en Rioja Alta, muy cerca de la bodega Beronia, fundada en 1973, por un grupo de amigos vascos; y que en el 82 se la vendieron a González Byass, en la época en que las grandes firmas jerezanas se lanzaron a comprar en Rioja.
Al frente de la bodega, como gerente y como enólogo, ya desde hace muchos años, hay un hombre mítico, Matías Calleja, tan cercano y agradable como eficiente; y al que, por cierto, se le ha nombrado recientemente “Enólogo Leyenda” por uno de los prescriptores, británico, de los más considerado del mundo.
Calleja ha cogido las uvas de Vareia y le ha hecho una crianza suave de 11 meses en fudre de 3.500 kilos, con el objetivo, sin duda, de que la madera sujete, pero no tenga demasiada influencia en el vino, para permitir que exprese bien las características de ese “terroir”, de ese viñedo. El resultado es un vino que hay que dejar abierto un rato para que se oree, porque arranca muy concentrado y profundo. Al servirlo en la copa una espumita violácea indica su relativa juventud.
En nariz aparece muy frutal, con recuerdos de fruta roja como cereza, con una especie de toque a guindas en aguardiente. También aparecen balsámicos, palo-luz y pétalos de rosa. En boca es soberbio, se caracteriza por una gran frescura, fruto de una buena acidez, aunque potencia y estructura no le falta. Un ejemplo perfecto de lo que es un buen vino moderno. La producción pequeña y exquisita tiene un precio sobre 70 euros.
El viñedo singular es un proyecto de futuro para Rioja. De momento de las aproximadamente 60.000 hectáreas que hay en la denominación no llegarán a 300 las que pertenecen a esa calificación, en la punta de la pirámide. Sin duda crecerá y dará alegrías.