Raf Simons aparece sobre la pasarela blanca impoluta rodeada de un bosque de delphiniums propio de la maison Dior. El año pasado sorprendió a los presentes con cascadas de orquídeas. El diseñador 'se atreve' a dar unos pasos por la pasarela y saludar con sonrisa plena. Elegancia contenida by Dior pero, con un allure propio también de la marca. El éxito es palpable después de la huida-despido-show de John Galliano. Después de la salida del gibraltareño las ventas aumentaron un 30% en el gigante parisino.
Nada hacía presagiar lo que, el jueves 22 de octubre, ha ocurrido. Raf Simons deja Dior para dedicarse a su propia firma y otros proyectos creativos. ¿Se atreverá con la arquitectura? ¿O tal vez, será la pintura la disciplina artística que llene al diseñador?
La decisión sorprende cuanto menos, aunque sin duda está premeditada al máximo: al belga le une una estrecha relación de amistad con la hija de Sydney Toledano, responsable ejecutivo de la marca. En el comunicado deja patente su estrecha relación con la familia de emigrantes españoles: "Su manejo reflexivo, sincero e inspirado también permanecerá como una de las experiencias más importantes de mi carrera profesional”, apostilla sobre el directivo.
Dior con seis desfiles al año lleva parejo su conocida marca de perfumes. Quizá el poco control sobre las colecciones, o la toma de decisiones sobre la imagen de las celebrities que copan la publicidad haya tenido algo que ver.
Sea cuál sea el motivo, Dior vuelve a perder a su diseñador estrella (con permiso de Galliano). El trueque de sillas entre las firmas más prestigiosas se abre paso. Puede que la marca de la Avenue Montaigne opte por el diseñador de apoyo que siempre suele tener el creativo, que se lleva el reconocimiento. Ha ocurrido en Gucci con Alessandro Michele que ha obtenido un éxito sin precedentes.
Puede que el minimalismo deportivo de Alexander Wang sea lo que necesitan. El neoyorkino dejó Balenciaga y solo se ocupa de su marca homónima. Igual consiguen fichar a Hedi Slimane para dar un giro inesperado. La elección de Ricardo Tisci (Givenchy) o Nicolas Ghesquire (Louis Vuitton) supondría un revulsivo cambio en el conglomerado LVMH con difícil solución. Hagan sus apuestas.