Cristina Fernández de Kirchner llegó al poder en diciembre de 2007, y fue reelegida presidenta de Argentina en 2011. Este domingo dirá adiós a su despacho presidencial en el Palacio de Ribadavia. Apodada la segunda Peron, la vida de ambas lideresas argentinas tienen muchos paralelismos. Dicen que no tiene amigas y que sólo se relaciona y comparte intimidades con gente que esta a su servicio. A pesar de la fama que tiene de tener un carácter dicen que es una pose porque tiene pánico a que la vean débil porque es insegura e influenciable.
Durante años oculto su infancia pobre en Tolosa, barrio de La Plata. Corre la leyenda que es hija de madre soltera, algo que la sociedad conservadora de la época consideraba un escándalo. Una herida que la ha acompañado hasta hoy. A los 16 años sufrió discriminación por ser pobre. Cristina se enamoró de Raúl “El Lagarto” Caferrata un jugador de rugby perteneciente a una conocida familia de la burguesía platense. Salieron durante cinco años en los que sufrió el desprecio del círculo de amigos burgueses de su novio, algo que también la marcó.
En marzo de 1975 se casó con Néstor Kirchner, al que conoció en la universidad de Derecho sólo seis meses antes del enlace. Ambos militaban en la izquierda peronista moderada. Tras el golpe de Estado de marzo de 1976 ambos dejan la militancia y se mudan a Río Gallegos, cuna de los Kirchner. Allí abren un despacho de abogados en el que sólo trabajó hasta 1.989, a pesar de que ella alega que toda su fortuna viene de estos años de duro trabajo en el despacho.
Ese mismo año comenzó su carrera política como diputada provincial de Santa Cruz. Luego sería diputada nacional, senadora, primera dama y presidenta. Su patrimonio asciende según su declaración de la Renta de 2014 a 6,5 millones de euros en propiedades y dinero en metálico. Ella atribuye el enriquecimiento a los ingresos del trabajo, alquileres y otras rentas, sin embargo lleva 26 años metida en política. Los Kirchner son intocables, todas las causas judiciales abiertas contra ellos sobre corrupción han sido sobreseídas.
Cristina es una mujer rica a la que gusta el lujo. Nunca en los diez años de mandato ha repetido modelo un sólo día. El Washington Post la incluyó entre las 100 mujeres más influyentes del planeta. La 'Evita Botox' como la apodan algunas reconoce que le gusta arreglarse y pintarse como una puerta. Su estilo chaquetas entalladas, faldas por la rodilla y tacones altos. Jean-Pierre, la joyería más elegante de Buenos Aires, llegó a revelar que la presidenta se gastaba 850 mil euros al año en gargantillas de perlas de los Mares del Sur.
El Post publicó que en 2011 se había gastado 80.000 euros en 20 pares de zapatos de Louboutin. Luce a diario bolsos de Dior y Hermès de 2.000 euros. “No tengo que vestirme como una pobre para ser una buena política”, se ha justificado en más de una ocasión ante las críticas. Detrás de esa imagen de femme fatal se esconde una mujer católica hasta la médula encuentra refugio en el Papa Francisco, con el que dicen se confiensa. Durante su mandato se ha sometido a dos intervenciones serias: una, para drenar un hematoma cerebral, y la otra, para extirpar un tumor en la tiroides. De ambas se ha recuperado satisfactoriamente.
La muerte de su marido Néstor, el 27 de octubre de 2010, fue un duro golpe para ella y para sus hijos, Florencia (25) y Máximo (38).Aunque ella misma reconoce que no les gustaban las demostraciones de afecto. Cada cual tenía su vida amorosa resuelta por su lado.Les unía el poder. Cristina tiene dos nietos. Su hijo Máximo candidato a diputado tiene un hijo de tres años y su hija Florencia dio a luz este verano a una niña fruto de su relación con un joven con apellido con historia, que trabaja en la Cámara de Diputados.
Los que conocen bien a Kirchner aseguran que lo de este domingo no es su fin sino un hasta luego. Algunos apuntan a que esta pensando en liderar un partido propio, otros que busca un retiro poco relevante. Ahora se prodiga poco en campaña con su delfín, Daniel Scioli, el candidato que, de ganar las elecciones, dará continuidad al programa político del kirchnerismo.
Será a partir de diciembre, cuando entregará el bastón de mando en una ceremonia oficial. Los expertos evalúan su mandato como un gobierno de grandes logros sociales y aumento del consumo pero con serios problemas económicos. Esto ya no le afecta a ella, que a partir de diciembre lo verá todo desde otro prisma desde su refugio de lujo en El Calafate, la patagonia argentina.