Qué lejos quedan aquellos momentos inolvidables que nos brindaron Ana Obregón y Antonia Dell’Atte hace ya más de veinte años. Entonces, ambas se convirtieron en enemigas públicas por el amor de un hombre: Alessandro Lecquio. La italiana acusó a la española de ser la causante de su divorcio con su marido y no dudó en soltar lindezas cada vez que le grababan las cámaras.
“Cuando una nace hortera, se queda hortera. Hay gente que le gusta ser hortera, me gustan. Lo digo por alguien que es una bocazas, que no se calla”, decía Dell’Atte. “No voy a entrar en el circo que necesitan muchas personas para salir en la prensa. Lleva diecisiete años diciendo lo mismo, ya me aburre”, contestaba Obregón. “Es una mentirosa compulsiva. Nunca le tenderé la mano”, zanjaba la italiana.
Sin embargo, Dell’Atte sí ha tendido finalmente la mano a Obregón. Después de veinte años de enfrentamiento, ambas se reconciliaban tras la muerte de la madre de Lequio, en Italia, donde ambas acudieron para apoyar a sus hijos y a su ex. “Ahora todo está tranquilo”, confiesa la italiana a JALEOS en la presentación de la nueva tienda Serrano 52 Man de El Corte Inglés.
“¡A ver si vamos a pasar la Navidad todos juntos!”, bromea. “Me llevo cómo me tenía que haber llevado hace veinticinco años. Después de muchos años de sufrimiento, para que yo tuviera más paz, he tenido que olvidar muchas cosas, perdonarlas”, añade la modelo.
No obstante, reconoce que “no me arrepiento de nada” y que su relación es cordial al ser preguntada si se ha interesado por la salud de la madre de su otra enemiga. “Son cosas privadas. No sé si mi madre estuviera enferma, ellos deberían escribirme. No lo sé. No la he llamado. Mañana la llamaré”.
Clemente, el fornido
En cuanto a su hijo Clemente, que sorprendía hace unas semanas por su sorprendente transformación física luciendo pectorales y abdominales, la italiana asegura que “tiene una filosofía de vida y de la alimentación que creo le he inculcado. Me gusta cocinar todo sin grasa. Y él ha elaborado una alimentación todo suya y deporte”.
Un fornido cuerpo que a buen seguro atraerá a más de una joven. “Lo importante es que se lo llevan y gozan. Gozan de la vida”, confiesa la modelo, que afirma estar llevando bien el síndrome del nido vacío. “Está ya viviendo en Miami. Los hijos tienen que volar solos. La culpable de la educación de los hombres las tienen las madres”.
Al otro lado del Atlántico, el joven ha probado suerte como DJ formando parte del dúo llamado Cavaan, que produce música dentro del sello Coocon. “No es un joven de la noche. Pero si puede trabajar y producir, fantástico”.
Tampoco ella es de las que se deje ver mucho por la noche. Ahora busca la tranquilidad, la serenidad, la paz. ¿Pretendientes? “Adiós”, contesta con una sonrisa pícara mientras me mira fijamente y me agarra del brazo. “Me gusta el hombre desenfadado, elegantemente deportivo”.