Perdón por querer hacer el amor
Queridos lectores:
Antes de que piensen que nos hemos vuelto locos quería explicarles el sentido de nuestro especial anti San Valentín de estos tres días. Durante semanas hemos estado valorando en JALEOS por qué tomamos esta postura tan radical y no es porque no seamos románticos, que lo somos, ni porque no creamos en el amor, que también. Tampoco nos ha influido que una experta en marketing nos confirmara lo que sospechábamos: las grandes superficies eligen sus productos especiales para celebrar la fiesta de los enamorados en función de su stock .
Pero no vamos a participar en algo que está en desuso. En la sociedad en la que vivimos, y hablo con conocimiento de causa, ha aflorado un grupo de hombres y mujeres que huye de las muestras de cariño y que no cree en el amor. Ahora ya no se hace el amor, se folla. No se puede escribir al día siguiente a alguien a quien os habéis entregado, tampoco le digáis que le echáis de menos porque igual piensa que le estáis pidiendo matrimonio y huirá a la primera de cambio sin dar una explicación. No os rompáis la cabeza intentando hacerle feliz o agradándole porque nada le va a parecer suficiente. Y lo peor de todo es que, al final te acabas acostumbrando a ese desafecto y llegas a pensar que estas desfasad@, y que eso es lo mejor que hay.
Pero lo que debemos preguntarnos es: ¿Queremos estar en esa onda o seguir adelante con nuestros principios aunque por ello tardemos años en encontrar a alguien que nos quiera de verdad y que nos respete? Puede que no lleguemos ni siquiera a encontrar a esa persona. Porque lo que está claro es que algunas profesiones son incompatibles con los modelos tradicionales de familia. Pero no por ello, vamos a renunciar a disfrutar de momentos de felicidad, sin que ello implique mayor compromiso.
Los románticos estamos en peligro de extinción y nosotros mejor que nadie sabemos que es imposible AMAR sin sufrir. Por eso desde esta sección nos hemos querido movilizar para reivindicar nuestro lugar en la sociedad. Lo más importante es aprender a detectar a esas personas para huir a la mínima de cambio, antes de que te atrapen e inconscientemente te hagan daño.
Porque para ell@s eso es lo mejor, pero no nos equivoquemos, nosotros queremos mensajes, no sentirnos culpables por decirle al otro que le echamos de menos. No necesitamos poner etiquetas a lo que sentimos porque nuestros gestos hablan por sí solos. Necesitamos abrazos y besos sin tener que pedirlos, hablar cara a cara cuando surgen desacuerdos, no buscamos tanto la cantidad como la calidad y queremos poder expresarnos con naturalidad sin sentirnos bichos raros.
Como este año no hemos encontrado a esas personas, hemos pensado homenajear a los que han pasado por nuestras vidas dejándonos una experiencia única y esperamos que irrepetible. A todos aquellos que no creen en el AMOR ni quieren apostar por él, va dedicado este especial anti San Valentín. Aunque seguramente ellos serán los primeros que lo celebren o que regalen algo, todo lo que sea postureo incluso en las emociones, se lleva. Este año nos hemos arrancado las flechas y no estamos para celebraciones románticas. Quien sabe, quizás si el próximo año sí.