Es el acontecimiento más esperado del año en Montecarlo. Y no es para menos. Cada años, la familia Grimaldi da la bienvenida a la primavera con una espectacular fiesta celebrada en el Sporting Club de Montecarlo. Los atuendos de las damas de la familia Grimaldi y las presencias y ausencias de la fiesta son siempre tema de conversación y crean gran expectación, tanto entre la prensa como entre los invitados.
Este año, el Baile de la Rosa ha tenido una protagonista absoluta. No ha sido otra que Alexandra de Hannover, que debutaba en esta espectacular fiesta. La hija pequeña de Carolina de Mónaco fue la que más flashes acaparó y disfrutó de la fiesta como ninguno, bailando y riendo sin parar. Al igual que su madre y su hermana Carlota, vistió de Chanel.
Carolina, que por primera vez reunía a sus cuatro hijos en esta cita, encargo a su gran amigo Karl Lagerfeld el diseño para su hija pequeña. Una creación que tenía que estar a la altura de las circunstancias. Y no defraudó. Alexandra lució su primer vestido largo, en color rosa empolvado, con escote palabra de honor y chaquetilla, que luego se quitó para el baile.
El diseño de su hermana Carlota tampoco decepcionó por lo original, ya que se trataba de un mono blanco de estilo árabe, que acompañó con unas cuñas con suela de corcho. La joven tampoco estuvo acompañada del que se supone que es su última pareja, el director italiano Lamberto Sanfelice, por lo que nos quedamos con las ganas de saber si la relación sigue adelante, un tema en el que Carlota ha sido más que discreta.
Pero si hubo un look que llamó la atención fue sin duda el de Beatrice Borromeo, la mujer de Pierre Casiraghi, eclipsando tanto a su cuñada Carlota como a su suegra, cuyos estilismos fueron más discretos. La italiana escogió un llamativo vestido rojo con volantes de tul, un diseño propio de alfombra roja de Giambattista Valli.
Un vestido de apariencia aparatosa, pero que no le impidió a Beatrice bailar junto a su marido al ritmo de la música, que este año se componía de ritmos cubanos, temática en torno a la cual giraba la gala de este año. Viéndola mover el esqueleto, queda claro que está totalmente recuperada de la lesión que sufrió hace unas semanas y por la que tuvo que llevar muletas.
El Baile de la Rosa recuperaba este año a Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo, que no estuvieron el año pasado. Pero tuvo dos grandes ausencias. Por un lado, la de la Princesa Charlene, que lleva dos años sin asistir, alegando que tiene que cuidar de sus pequeños, Gabriela y Jaime, el heredero al trono.
Así que, una vez más, Alberto de Mónaco fue sin la compañía de su pareja, algo cada vez más habitual. Tampoco estuvieron este año ni Estefanía de Mónaco ni ninguno de sus hijos, aunque lo cierto es que es una ausencia bastante normal, ya que Estefanía no suele asistir a este baile desde que falleció su padre, el Príncipe Rainiero.