Un mes después de su aparición estelar en Mónaco, hemos vuelto a ver a Flavio Briatore, aunque esta vez por las calles de Milán, donde tiene gran parte de sus negocios. El empresario italiano reaparecía después de varios meses sin vérsele a principios de Marzo en Montecarlo, concretamente como invitado a la décimo tercera edición del Comedy Film Festival y su posterior fiesta, donde se lo pasó pipa. Pero quizá su asistencia hubiera pasado más desapercibida y no se hubiera convertido en noticia si no hubiera aparecido con nueva imagen.
Ni rastro de la papada y la curva de la felicidad que lucía hace apenas unos meses. Concretamente, julio del pasado año podíamos verle lucir en bañador sin ningún tipo de pudor. Pero parece que el magnate se lo ha pensado mejor, y ha decidido tener una imagen mucho más acorde con la de su mujer, Elisabetta Gregoraci, explosiva y treinta años menor, con la que tiene un hijo, el pequeño Falco.
Pero si no había rastro de su anterior figura, tampoco lo había de su anterior rostro, mucho más terso y liso, sin apenas arrugas. Los comentarios no se hacían esperar. Todos apuntaban a que el empresario había sucumbido al final a los encantos del bisturí, y de ahí su nueva imagen.
Lo cierto es que él apenas tardó unos días en desmentir que hubiera pasado por quirófano, afirmando que todo era producto de la brisa marina, ya que desde hacía tiempo vivía con su familia en la costa. Muchos se han mostrado escépticos ante esta situación y siguen pensando que su nueva imagen es producto del bisturí.
Sea como sea, quien fuera en su tiempo el Rey de la Fórmula 1, luce más que orgulloso su nueva y juvenil imagen. A punto de cumplir los 66 –cifra que alcanza en apenas diez días-, le hemos podido ver paseando por las calles de Milán y aparentemente encantado con la prensa, mostrándose más que sonriente.
La pena es que en sus dos últimas apariciones públicas –en las que sorprendentemente tampoco estaba con su guapísima esposa- ha llevado gafas con cristales ahumados que impiden ver el resultado completo de su “tratamiento marino”.