Se dice que a la tercera va la vencida, pero no ha sido así para Drew Barrymore. Después de dos matrimonios fallidos, que acabaron casi antes de empezar, la actriz suma a su lista de fracasos amorosos el nombre de Will Kopelman, con quien se casó en junio de 2012. Se mostraban profundamente enamorados, por lo que pocos pensaban que la pareja tomaría esta decisión. Y más cuando no hace mucho, la protagonista de 50 primeras citas confesaba su deseo de ser madre de nuevo.
La vida de Barrymore no ha sido fácil. El éxito por la película E.T. le llegó siendo sólo una niña, algo que la desbordó hasta el punto de empezar a coquetear con alcohol y drogas desde muy temprana edad. De ahí quizá sus dos matrimonios precipitados y muy breves. A los 19 contrajo matrimonio con un camarero, Jeremy Thomas, que pareció pasar sin pena ni gloria por su vida. Tanto que a los dos meses de la boda, se divorciaron.
Drew supo reinventarse, se alejó del mundo del alcohol y las drogas y empezó a triunfar no sólo como actriz, sino también como productora. Un claro ejemplo de su éxito es Los Ángeles de Charlie, película gracias a la que conocería a su segundo marido, el cómico Tom Green. Pero tampoco este matrimonio duró mucho, apenas cinco meses, tras los cuales decidieron decirse adiós.
Y llegó Will Kopelman a la vida de la actriz. Se conocieron en 2011 y en junio del año siguiente contraían matrimonio. Y con la invitada más especial asistiendo al enlace desde la tripa de mamá, la pequeña Olive, que fue la primera hija de la pareja. Año y medio después, Drew y Will se convertían de nuevo en papás al nacer la preciosa Frankie.
Pero en octubre de 2015 comenzaron los rumores de crisis. Algo que ellos en seguida desmintieron con sus continuas apariciones públicas, ya fuera en saraos o en tranquilos paseos familiares en los que se mostraban como una auténtica familia feliz. De hecho, a mediados de marzo aparecían juntos en una boda y nada hacía presagiar este triste final para la pareja.
A pesar de su divorcio, que han anunciado de forma conjunta en la revista People, han afirmando que “seguirán siendo una familia”, ya que sus hijas son “su prioridad”. Aunque no han trascendido los motivos de la ruptura, ya hay voces que apuntan a que habría sido la intención de Drew de vivir con sus hijas en Los Ángeles, algo que de momento no entraba en los planes de su ya ex marido.