"El minuto en el que vi el resultado del lunes (cuando el Tottenham empató ante el Chelsea y se aseguró el título del Leicester City) compré un paquete de condones", confiesa Alan Ashcroft, el electricista escocés que guarda un sorprendente parecido con Claudio Ranieri, entrenador del Leicester y proclamado campeón de la premier Premier League el pasado dos de mayo.
Alan, habitante de Leicester (una ciudad de apenas 250.000 habitantes), vio el filón en cuanto su equipo se hizo con la liga inglesa. Inmediatamente se trasladó a vivir a las habitaciones del Travelodge Hotel, ubicado en el centro de la ciudad, hasta donde comenzaron a llegar legiones de mujeres convencidas de que era Ranieri, el entrenador de su equipo favorito. "Cada vez que salgo a tomar algo me rodean las mujeres. Nunca tienen suficiente de mí", ha declarado a diversos medios de comunicación. Nada menos que 26 mujeres aterrizaron en su cama en menos de dos semanas (y las tantas que lo habrán hecho antes de la victoria) de una población pequeña y modesta en el centro de Reino Unido. El modus operandi consistía en ver, escuchar, disfrutar y callar: "Nunca les miento. No les digo que soy Ranieri. Pero ellas lo asumen y yo no las corrijo", confiesa.
El éxito del Leicester ha supuesto un auténtico boom para la población gracias a su entrenador. Claudio Ranieri fue un jugador de fútbol con poca fortuna cuyo mayor logro consistió en disputar seis únicos partidos con la Roma. Empezó ocupándose de equipos pequeños como el Caglari, pero la fama le llegó como entrenador. En nuestro país es recordado por ganar una Copa del Rey, una Supercopa de Europa y la Intertoto con el Valencia y entrenar al Atlético de Madrid.
Después de una época de decadencia cuando fracasó como técnico de la selección griega, de la que fue despedido después de perder contra la débil Islas Feroe, le llegó una segunda juventud cuando tomó las riendas de un equipo modesto y pequeño, el Leicester City. El grupo de jugadores subió hace dos años a la Premier, luchó en la siguiente por no descender y al siguiente año, gracias a los fichajes de Ranieri, logra una de las grandes sorpresas de la historia del deporte, ganar la liga inglesa, considerada la mejor del mundo.
Parece que el triunfo del equipo sólo ha traído sorpresas a la ciudad: "Me siento como si hubiera ganado una lotería genética", dijo el electricista viudo refiriéndose a su gran parecido Ranieri. Pero, no es la única victoria aventura que ha ocurrido en la ciudad, ya que Leigh Herbert apostó 50 libras (unos 64 euros) a que el Leicester ganaría la liga una noche de borrachera del hombre de 38 años.
La casa de apuestas llegó a un trato con Herbert, al que entregó 93.000 euros inmediatamente si retiraba la apuesta antes de que se supiera el resultado final de la liga. Los cogió, pero hubiera conseguido 320.00 euros si hubiera esperado a ver la vitoria del modesto Leicester. Y es que un principio nadie apostaba un duro, pero la suerte finalmente llegó a sus habitantes.