Este miércoles el embajador de Estados Unidos, James Costos, y su pareja, el interiorista Michael Smith, organizaron una cena de bienvenida a la Primera Dama y sus hijas en la embajada, a la que asistieron únicamente trece selectos invitados tal y como ha podido conocer en exclusiva EL ESPAÑOL.
La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, la empresaria Alicia Koplowitz, la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada, el director de cine Alejandro Amenábar, el príncipe Konstantin de Bulgaria y su esposa María García de la Rasilla fueron algunos de los afortunados comensales que pudieron conocer de cerca a Michelle Obama.
También asistieron el magnate Plácido Arango y su pareja la escultora Cristina Iglesias, Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía; el bailarín Ángel Corella, Pedro Gómez de Baeza, presidente de GBS Finanzas y Antonio Caño, director de El País. Todos disfrutaron de una cena que constó de dos platos: una ensalada con tomates y paella con alioli. No faltó para terminar, el flamenco de la voz desgarradora de Miguel Poveda que emocionó a Michelle y su familia.
Varios de los asistentes aseguran a este periódico que la velada fue muy distendida y que tanto Michelle, como sus dos hijas, Sasha y Malia, y la abuela Marian charlaron animadamente con todos los invitados. Sobre todo la hija mayor: Malia, que habla perfectamente español y que finalmente hará las prácticas este verano en Bolivia y Perú y no en la embajada americana tal y como se había publicado. La Primera Dama gana aún más en la distancia corta. Tiene una simpatía arrolladora y un cutis envidiable y poco apreciable en las fotografías.
Un detalle que dice mucho de la sencillez tanto de Michelle como de sus dos hijas y su madre es que no se cambiaron de ropa para la cena y fueron con la misma con la que aterrizaron unas horas antes en el aeropuerto de Torrejón de Ardoz. Unos vestidos a rayas muy veraniegos y estampado el de la abuela, a los que el viento jugó una mala pasada cuando bajaban por la escalerilla del avión.
Las cuatro se alojarán estos dos días de visita cultural en la residencia privada de la embajada, ya que son amigas personales de Costos y Smith. A las dos hijas de Obama les hubiera gustado hacer muchas cosas durante su estancia pero las extremas medidas de seguridad les van a impedir llevar a cabo algunos planes.
Michelle acude este jueves por la mañana a un modesto barrio del centro de Madrid, junto al Río Manzanares, para presentar su iniciativa solidaria en una de las naves del antiguo matadero reconvertido en complejo cultural de vanguardia. Allí divulgará su proyecto Let Girls Learn (Dejemos que las niñas aprendan) ante un público femenino formado por unas 500 escolares y universitarias, que la oirán relatar experiencias sobre sus viajes por el mundo -incluida la gira que completa ahora en España- en defensa del fin de la discriminación que excluye de la escolarización a 62 millones de niñas y adolescentes.
La Reina Letizia la acompañará en este acto, escuchará su intervención y tomará también la palabra en apoyo de su iniciativa antes de ejercer formalmente de anfitriona en la residencia que comparte con don Felipe en el recinto de la Zarzuela, donde ambas mantendrán un encuentro privado que trae a la memoria el que protagonizaron hace seis meses en la Casa Blanca.