Asfixiada por 2 millones que debe a Hacienda y no puede cantar
Todos sus inmuebles están embargados e hipotecados. La cantante ha aplazado su vuelta a los escenarios para marzo de 2017.
15 julio, 2016 03:48Noticias relacionadas
La tonadillera Isabel Pantoja, en libertad condicional desde el pasado mes de marzo tiene todavía pendiente de abonar a Hacienda la cantidad de 1,8 millones de euros por sus reiteradas infracciones fiscales, más los correspondientes intereses de demora.
Para cobrar su dinero, los inspectores de Hacienda realizaron hace meses un embargo sobre todas sus principales propiedades de una manera diferenciada y unilateral por ese importe total de 1,8 millones. Así, sobre la finca de La Moraleja, que ya ha vendido, pesaba una nota preventiva de embargo por parte de Hacienda de 445.000 euros; sobre la finca Cantora, la que más avala, pesa otra orden de embargo por un valor de 1,1 millón de euros, estando el resto, unos 300.000 euros, sobre su casa y garajes de Sevilla.
La tonadillera, además de firmar un acta de disconformidad contra esta liquidación de Hacienda, ha interpuesto un procedimiento administrativo ante el Tribunal económico competente por no estar de acuerdo con lo que le piden los inspectores de Hacienda. Con esta medida, Isabel pretende que la sanción y el pago quede paralizado hasta que no se determine una solución judicial por el Tribunal económico. Pero Hacienda ya ha hipotecado a su favor las propiedades de la tonadillera.
Desde que abandonó la prisión hace ya cuatro meses Pantoja ha estado parada y quieta, pero ahora pretende volver a realizar sus galas artísticas por lo que ingresara de nuevo dinero. Pero todavía tendremos que esperar un año para ver a Isabel en los escenarios. Aunque la artista tenía unos compromisos para los meses de octubre o noviembre de este año, los ha paralizado y ha retrasado su vuelta a los escenarios hasta 2017.
Tampoco aparenta tener premura por afrontar ningún pago con Hacienda, algo que le va ser muy complicado ya que tiene todas sus propiedades embargadas por el Fisco, que será el primer acreedor en cobrar en caso de venderlas, como puede ocurrir con la propiedad de La Moraleja. Precisamente, lo que ha hecho Hacienda, como medida cautelar para que no se produzca un alzamiento de bienes con una presunta venta, ha sido hipotecar y embargar todas las propiedades por importe de 1,8 millones.
El acta se levantó nada más concluir el juicio del caso Malaya
Esta acta de Hacienda contra la tonadillera se levantó nada más concluir el caso Malaya, donde fue condenada por la Sección 2ª de la Audiencia de Málaga a dos años de cárcel y a una multa de 1.147.000 euros por un delito de blanqueo de capitales. A partir de entonces, y a raíz de los enfrentamientos que durante el juicio tuvo la representación procesal de Isabel Pantoja con los inspectores de Hacienda, se levantó un acta de inspección que abarca desde el año 2008 hasta la fecha actual.
Esta inspección, que ahora está recurrida en los tribunales de Justicia, se levantó contra ella como persona jurídica además de contra todas sus empresas e, incluso, contra los representantes legales de sus sociedades. Así como se bloquearon algunas de sus cuentas bancarias.
Hacienda investigó todos los gastos deducibles en sus empresas (hoteles, restaurantes, viajes, comidas, vestuario, mobiliario…), que la tonadillera había aportado para conseguir un supuesto beneficio fiscal. Tras la investigación los inspectores determinaron que muchas de estas cantidades no eran deducibles, por lo que le abrieron, aplicando la reforma de la ley tributaria que permite realizar estas actuaciones, una liquidación paralela por importe de dos millones de euros con intereses incluidos.
El Santander se quedó con casi todo el dinero de la venta del chalé 'Mi Gitana'
Los directivos del Banco Santander, y su presidenta Ana Patricia Botín, han logrado liquidar la mayor parte de sus deudas con la tonadillera Isabel Pantoja, con quien habían iniciado varios procedimientos judiciales de embargos ejecutivos contra sus propiedades por sus continuos impagos. En marzo de 2015 vendió por dos millones de euros su mansión 'Mi Gitana', situada en la Urbanización de la Pera, en Marbella, que fue adquirida por un cliente extranjero.
Con esta venta, el Santander recaudó el millonario dinero que la cantante le debía de las hipotecas, al quedarse con casi todo el dinero de la venta. Quedaba así finiquitado el embargo ejecutivo que la entidad de Ana Patricia Botín inició contra Pantoja en el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Marbella ante los impagos en el préstamo hipotecario concedido en el año 2004 a la cantante por la entidad Banif, hoy en manos del Banco Santander.
Fue con los responsables de Banif con quién Isabel Pantoja llegó en 2004 a un acuerdo para conseguir un crédito hipotecario de 3,3 millones de euros con el que adquirir la finca 'Mi Gitana', en la cotizada Urbanización Nueva Andalucía, muy cerca de Puerto Banús en Marbella. El importe de la hipoteca fue, según justificó en su día su defensa, por la totalidad del precio.
Se trataba de un inmueble de más de 700 metros cuadrados construidos sobre el que se constituyó una hipoteca a favor de Panriver 56 S.L, una de las entonces sociedades factureras de Isabel Pantoja, que aparecía entonces como "garante avalista" de la operación. Pero su sociedad Panriver nunca afrontó con regularidad sus obligaciones desde que suscribió la hipoteca por la compra de 'Mi Gitana'. La cantante y su entonces compañero sentimental Julián Muñoz – ex alcalde de Marbella- consiguieron que se aplazara una cantidad de este préstamo mediante dos pagarés, de 700.00 euros cada uno, avalados por el propio banco.
La artista consiguió de la entidad del Banco de Santander un periodo de carencia de dos años y que Panriver solo tendría que pagar intereses y no capital del préstamo hipotecario, además, sin aumentar el plazo y manteniendo las condiciones iniciales; es decir, unas condiciones muy ventajosas para Pantoja dada la delicada situación económica por la que atravesaba tras su ruptura sentimental con Muñoz.
Fue precisamente la adquisición del chalé 'Mi Gitana', como también la compra del apartamento 105 en el Hotel Guadalpín, lo que supuso el origen de la investigación por blanqueo de capitales iniciada contra ella y Julián Muñoz.
Se trata de un inmueble cercano a Puerto Banús, con vistas al mar y con centros comerciales en sus inmediaciones. La mansión cuenta, según la nota registral, con tres dormitorios en la planta baja, cada uno de ellos con su baño propio. Igual ocurre con la planta principal, en la que tanto las dos habitaciones familiares como otra reservada para el servicio tienen su propio aseo. Además, consta de un vestíbulo, un amplio salón-comedor y cocina.
Subiendo las escaleras, ya en la planta más superior, hay otros dos dormitorios, más grandes que los de abajo, que tienen terraza propia. Y en el exterior, la parcela cuenta con una piscina de 120 metros cuadrados, un cenador, barbacoa y garaje con capacidad para hasta para cuatro vehículos. Además, cuenta con sauna, con un estudio de grabación musical que se hizo construir Pantoja en su día y que luego desmanteló tras el escándalo del Caso Blanqueo.
Otro embargo del Santander contra su casa de Sevilla
Pero no es éste, el único embargo que Banif -la división del Grupo Santander especializada en gestionar grandes fortunas y que además era la que vendía bonos de Lehman Brothers-, mantiene con Isabel Pantoja. Los dirigentes del Santander iniciaron también una ejecución del embargo sobre su casa del barrio de Los Remedios en la Avenida Ramón de Carranza, de Sevilla. Se trata del piso de 213 metros cuadrados que Pantoja disfruta en la ciudad hispalense y que tiene a su nombre con carácter privativo desde marzo de 1984.
Se trata de un procedimiento iniciado en el Juzgado de Primera Instancia n º 17 de Madrid por impagos por un importe de 161.581 euros (124.581 de principal y 37.000 euros de intereses y costas).
Precisamente, la cantante hipotecó esta propiedad el 26 de enero de 2015, además de una plaza de aparcamiento ubicada en el sótano de este inmueble (plaza de aparcamiento número doce), ante el notario Ricardo Ferrer Giménez (protocolos números 113 y 114), por un valor de 450.000 euros para poder cubrir el pago del correspondiente al segundo plazo de la multa de 1,14 millones de euros, impuesta por la Audiencia Provincial de Málaga en el Caso Blanqueo.
Libertad condicional hasta noviembre de 2016
Isabel Pantoja goza actualmente de la libertad condicional hasta noviembre de 2016 que cumplirá definitivamente la pena de dos años por el blanqueo de capitales en el caso Malaya. Por ahora, la artista puede desplazarse por todo el territorio nacional por razones profesionales bajo el control de los servicios sociales penitenciarios de Jerez de la Frontera (Cádiz), la misma provincia en la que está la finca Cantora, donde tiene fijada su residencia.
La tonadillera durmió por última vez en la prisión de Alcalá de Guadaira la noche del 8 al 9 de febrero gracias a la modalidad del tercer grado penitenciario o régimen de semilibertad que se le concedió, que le permitía dormir en el domicilio y personarse en la cárcel cada quince días.
Pantoja obtuvo la libertad condicional porque el juzgado de vigilancia penitenciaria, con el respaldo de la Fiscalía y la propia prisión, consideró se habían cumplido las dos terceras partes de su condena y no le constaban sanciones. Además, el juzgado destacó que la cantante, cuya condena se acabará de cumplir a finales de octubre próximo, contaba con el pronóstico favorable e individualizado de reinserción social y también desarrolló de forma continua actividades laborales, culturales y ocupacionales.
A partir de ahora, el juzgado obliga a la cantante, para las notificaciones, a mantener su domicilio en la finca Cantora, situada en Medina Sidonia (Cádiz). También debe someterse al seguimiento y control de los servicios sociales penitenciarios de Jerez de la Frontera mediante la presentación ante tales servicios cuantas veces fuese requerida y tendría, en teoría, que comunicar si sale de la provincia de Cádiz. Sólo la puede aliviar económica y físicamente cantar. Su caché podría haberse disparado a los 70.000 euros por concierto pero aún no esta preparada para mover la bata de cola.