A Marta García (44 años), le sorprende la llamada de este periódico. García, policía nacional, da charlas a niños en los colegios de la provincia de Alicante porque está al frente del Plan Director. Su rostro y su nombre son más reconocidos ahora porque en las elecciones generales del 20-D apoyó a su íntima amiga, Marta Martín, diputada por Alicante y responsable del área de Educación de Ciudadanos en el Congreso.
En declaraciones a EL ESPAÑOL desmiente un rumor que ha empezado a correr en el mundo político y según el cuál habría iniciado una relación sentimental con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo (72). "Me parece un descrédito total. He coincidido con él en muchos actos y obviamente tengo una amistad. Pero de ahí a que seamos amantes hay un trecho muy grande", afirma Marta García.
¿Existe una amistad entre ustedes?
No puedo negar que somos amigos. Nos hemos visto, hemos ido a comer, a cenar, pero con más gente. Nos hemos conocido en un acto antes de que empezase la campaña. Es un hombre encantador, cualquier persona que le conozca puede corroborarlo. Y, además, yo conozco a muchísima gente en Alicante y tenemos muchos amigos en común, y por eso me han podido ver con él, pero ya esta. Sí soy amiga suya, pero no tengo nada sentimental con él.
Su presencia en la campaña pudo despistar a algunos que aseguran que la policía era jefa de gabinete de la candidata de Ciudadanos. Ella lo matiza. "Yo soy policía nacional, no tengo ni quiero ningún futuro político. Nunca he tenido un cargo orgánico, precisamente porque soy policía. Y yo me dedico a mi trabajo. Sí es cierto que Marta es amiga personal y la he acompañado toda la campaña. Soy amiga personal de Marta y en quien ha confiado y la he acompañado en los actos, pero nunca he tenido ni tengo ningún cargo en Ciudadanos".
Margallo y Marta García se conocieron en un acto previo al arranque de campaña de las elecciones generales del 20 diciembre de 2015. Se asegura que hay imágenes de ambos en un acto del Partido Popular en Alicante hace unas semanas. Ella lo aclara: "Lo único que recuerdo es un debate a cuatro que hicieron todos los cabeza de lista por Alicante en el Casino el 15 de diciembre de 2015. Sólo recuerdo haber coincidido en un acto público con él aquí. No he ido a ningún mitin".
Hay quien apunta que podría tratarse de una campaña de descrédito personal del ministro de Asuntos Exteriores. La oposición indaga sobre sus frecuentes viajes a la capital alicantina. A García no le parece extraño: "Yo deduzco, que si viene a Alicante es porque es cabeza de lista y diputado por Alicante. Porque en la anterior legislatura no era cabeza de lista y a lo mejor no venía por eso. Pero es mucho más morboso pensar que ahora viene porque tiene una amante.Tiendo a relativizar lo que no puedo controlar. Pero me parece muy rastrero y que se actúa con una mala fe manifiesta. Sobre todo para una persona que lleva muchos años en política y que jamás se le ha podido achacar nada. Me parece que dado el historial profesional de esta persona intentar tocar un tema personal para el descrédito me parece de una bajeza brutal", matiza.
Margallo está casado en segundas nupcias con María Isabel Barreiro Fernández, una asturiana afincada en Madrid. Su padre fue un eminente médico cirujano que abandonó Cangas de Narcea para desarrollar su carrera profesional. Llegó a ser jefe del servicio de cirugía del Hospital de La Paz, en Madrid. Barreiro fue hasta 2010 jefa de Gabinete del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Juan José Güemes. Ahora es directora autonómica de asuntos sanitarios en el laboratorio farmacéutico británico GlaxoSmithKline (GSK). Su primera mujer murió de cáncer.
"Yo estoy divorciada (de otro policía nacional). Pero no me parece justo para él. A mí me da exactamente igual lo que digan de mí, primero porque soy funcionaria muchos años, porque yo no me he movido de mi puesto de trabajo y porque yo soy una mujer libre. A mí esto ni me va ni me viene y espero que pasado mañana nadie se acuerde quién era la que decían que era la amante del ministro. Pero es muy cruel para la persona que lleva entregada a la política toda su vida. Yo creo que se puede hablar de cosas mucho mejores de este señor que no de que tenga una amante", dice para finalizar.