El lujo ha sido un protagonista más en el Caso Gürtel, la investigación que se inició hace casi una década sobre la red de corrupción vinculada al Partido Popular encabezada por el empresario Francisco Correa (61 años). La vida de excesos de los investigados en el marco de la operación pasa por exclusivos hoteles en remotos lugares del mundo, miles de euros gastados en joyas y relojes, vehículos de alta gama o yates, entre otras inversiones.
Relojes
Es, quizá, el apartado más amplio dentro de los gastos de investigados como Correa, el empresario Pablo Crespo (56), el extesorero del PP Luis Bárcenas (58) o el exalcalde de Majadahonda Guillermo Ortega.
Así, el botín de la caja fuerte de la casa de Francisco Correa se encontró un Hublot de caballero en color negro y dorado cuyo precio medio en el mercado oscila en torno a los 5.000 euros.
Le acompañaban un Cartier de oro y acero valorado en 2.800 euros y un Bulgari de caucho negro con esfera blanca cuyo precio es de unos 900 euros.
Pero el reloj más caro de los que poseía el presunto líder de la Gürtel era un Rolex de acero Oyster Daytona cuyo precio se mueve entre los 13.000 y los 21.000 euros. En total hasta una docena de relojes fueron hallados en el dormitorio particular de Correa.
En su oficina de la madrileña calle Serrano la policía encontró otros tantos relojes, entre los que se encuentra un Graham serie limitada de 3.000 euros,un IWC de 9.000 y un Omega James Bond Choice como el que utilizó el famoso espía y cuyo precio alcanza fácilmente los 1.000 euros.
Pero Correa también regaló numerosos relojes de lujo a su gente de confianza o a compromisos políticos y empresariales. A su primo Antoine, por ejemplo, le obsequió con un Cartier y con unas gafas de sol de Armani. Era una forma sutil de convencerle para que se convirtiera en su testaferro.
Por su parte, Pablo Crespo, mano derecha de Correa, tenía en su casa casi una docena de relojes de lujo. Entre ellos, varios Cartier de correa metálica y de cuero y un Rolex Submarine utilizado en las películas de James Bond.
De entre todos, el más llamativo es, sin duda, el que se atribuye al exalcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega, quien al parecer poseía media docena de lujosos relojes de marcas como Hublot, dos de las cuales se estima que su valor supera el medio millón de euros.
Joyas
Las mayoría de las joyas, al igual que sucede con los relojes, se adquirieron en la joyería Suárez, ubicada tan sólo a unos metros de la oficina de Correa, quien por cierto era uno de los mejores clientes. De hecho, según los informes que maneja la policía Correa y sus hombres se dejaron en el establecimiento 143.000 euros, bien para uso propio o para hacer regalos. En este sentido, en el año 2007 llegaron a encargar 250 pulseras de plata que luego regalaron por Navidad. Otros años, sin embargo, optaron por bufandas o zapatillas de Loewe.
Con todo, en el domicilio de Correa se hallaron colgantes con piedras preciosas y otras tantas joyas -algunas valoradas en 15.000 euros-, entre ellas una cruz con pedrería y brillantes de Bulgari, tres pulseras doradas con incrustaciones de Rabat, un colgante formado por una moneda de oro canadiense de una onza y curso legal con incrustaciones de cristal de Swarovski con un precio superior a los 2.000 euros, cuatro pares de pendientes plateados con pedrería, varias pulseras de plata de Bulgari, cinco pares de gemelos y dos plumas de Cartier negras con remates plateados valoradas en 500 euros. En total, Correa guardaba en su casa cerca de 60 joyas.
Hoteles
Los investigados de la Gürtel se alojaron en algunos de los mejores hoteles en sus lujosos viajes por todo el mundo. Estados Unidos, Latinoamérica, el polo norte, Europa... la lista de lugares que visitaron es inmensa. Correa, por ejemplo, llegó a hospedarse en el exclusivo hotel de cinco estrellas Santa Clara de Cartagena de Indias -donde tenía importantes inversiones-. Concretamente reservó una de las habitaciones de la quinta planta, la noble, cuyo precio supera con creces los 500 euros que cuesta una noche en una de las habitaciones más baratas.
Correa también se costeó estancias en hoteles de Panamá y Estados Unidos, aunque una de las facturas más llamativas es la del madrileño hotel Gran Meliá Fénix, en Colón. Allí residió durante un tiempo tras dejar a su mujer. Pablo Crespo y el resto de la trama Gürtel, por su parte, también se hospedaron en lujosos hoteles de medio mundo.
Casas y vehículos
Las propiedades inmobiliarias son tema aparte. La vida de lujo de los investigados de la Gürtel pasaba por fincas, viviendas, plazas de garaje, áticos y apartamentos tanto en España como fuera de nuestras fronteras.
Así, los informes dan cuenta de hasta 25 fincas, 30 casas y 18 plazas de garaje de Correa. Destaca la oficina de la madrileña calle Serrano, un ático en Sotogrande, su casa de la Finca (Madrid), inmuebles repartidos entre Marbella, Cádiz, Barcelona y Baleares y también inversiones de lujo en Miami y Cartagena de Indias.
En cuanto a los medios de transporte, 22 coches -algunos de alta gama- y dos barcos -uno de ellos lo mandó construir personalmente- forman parte del inventario patrimonial del cabecilla de la trama.
En los informes aparece por ejemplo un Infiniti FX50 que mucho tuvo que ver con el político Ricardo Costa (44).
Por lo que se refiere a los barcos, Pablo Crespo también contaba con su propio yate, denominado Parapipi. Se trataba de un modelo Astondoa 36 de 12 metros de eslora.
Gastronomía
El buen comer era otra de las aficiones de Correa y sus hombres, que gustaban de ir a exclusivos restaurantes como el asador El Frontón, situado en la madrileña calle Velázquez.
Se trata de un lugar al alcance de pocos bolsillos, como La Giralda, típica taberna andaluza situada en el madrileño barrio de Salamanca en el que degustar excelentes caldos maridados con platos de suculentas gambas. Es uno de los establecimientos preferidos de la élite madrileña.
La coctelería Balmoral (calle Hermosilla) era, antes de su cierre, punto neurálgico de Correa, que solía elegirlo para celebrar diversas fiestas. Como el restaurante Sorolla, también cerrado en la actualidad, donde solía reunirse con otros políticos y empresarios para hacer negocios. Allí disfrutaba de buenos solomillos a precios prohibitivos.
Portonovo, restaurante especializado en marisco y ubicado en la capital, también contaba a Correa entre sus mejores clientes, al igual que Michelangelo hacía lo propio con El Bigotes.
Obras de arte y vestimenta
No podían faltar los cuadros en la trama. Luis Bárcenas, extesorero del Partido Popular, llegó a aglutinar en su domicilio importantes obras de arte que tiempo después ocuparían una sala del Museo del Prado. Algunos de estos cuadros fueron vendidos por el extesorero a su predecesor Rosendo Naseiro por la sospechosa cifra de 1.536 euros, según consta en el sumario.
En otra ocasión, la Justicia destapó que Bárcenas llegó a pedir un crédito de 330.000 euros en billetes de 500 que devolvió un mes después. El extesorero alegó que el dinero iba destinado a la compra de un cuadro del pintor Van Der Hammen.
Además de las obras de arte, la ropa ha sido otra constante en la Operación Gürtel. De sobra conocidos son los trajes que Correa, El Bigotes y compañía mandaron confeccionar a medida, en alguna ocasión como regalo. El expresidente valenciano Francisco Camps (54), sin ir más lejos, fue imputado -según la antigua denominación- a causa de ellos, pues se destapó que El Bigotes llegó a pagarle trajes por valor de 12.783 euros.
Pero también en este terreno Correa vuelve a ser protagonista. Al margen de que adoraba vestir a medida, en el sumario también aparece un vestido que lució la que fuera su mujer, Carmen Rodríguez. Lo hizo en el enlace de Ana Aznar (35) y Alejandro Agag (46) en El Escorial en 2002. La conocida como 'boda de la tercera infanta' de España fue el escenario en el que los investigados de la trama Gürtel pasearon sus mejores galas. Rodríguez, exjefa de gabinete de Guillermo Ortega, en concreto, optó por un diseño de Lorenzo Caprile que costó 3.485 euros.
*Con información de Daniel Montero