La sombra de la ex jequesa es alargada. Hace ya tres años que dejó de protagonizar duelos estilísticos con sus homólogas reales, entre las que se encontraban Rania de Jordania (45), Carla Bruni (48) o la propia Letizia Ortiz (43), y, sin embargo, su influencia y su elegancia siguen siendo aún hoy una referencia dentro y fuera de Qatar.
A Mozah Bint Nasser (57), segunda de las tres esposas del ex jeque Hamad bin Jalifa al Thani (64), no le ha importado perder su título de jequesa en aras de su descendencia porque la ocupación de primera dama no era la única que mantenía. Ahora se dedica a otros menesteres, mucho más productivos, como acaparar gran parte del mercado del lujo y la moda.
Su nombre suena con fuerza desde hace años en el seno de las principales marcas de alta costura, pues una de las premisas de esta licenciada en Psicología de 57 años (los cumple este mismo lunes) siempre ha sido concebir la moda como una industria que ofrece enormes oportunidades para las mujeres.
Valentino y LVMH, en brazos de Qatar
En 2012, uno de los fondos de inversión del Emirato -que ocupa una extensión similar a la de Murcia- adquirió una pequeña parte de Möet-Hennessy-Louis Vuitton SA. Meses después, otro grupo privado (que llegó a interesarse por Pepe Jeans) se hacía con la casa Valentino, uno de los diseñadores fetiche de la ex jequesa.
Además, diversas empresas locales poseen firmas de moda masculina, marroquinería y bolsos, además de participaciones en Tiffany's&Co, Porsche Todo queda en casa. Bueno, en la patria catarí.
Balmain, El Corte Inglés y Quela, para la familia de la ex jequesa
Dentro del hogar propiamente dicho se enmarcan otras firmas de lujo. Balmain es una de ellas. La Familia Real de Qatar, de la que Mozah Bint Nasser es matriarca, es la responsable de la compra de dicha firma por un montante de casi 500 millones de euros. Obviamente no lo ha hecho de forma directa, sino a través de un fondo de inversión. El objetivo es claro: seguir la senda marcada por la fulgurante expansión de Valentino.
Pero no es la única compañía textil en la que la ex jequesa tiene algo que decir. Su familia adquiría recientemente un pequeño porcentaje de El Corte Inglés, y ella misma, a través de la fundación que preside, creó la firma de moda de alta costura Quela, que pretende convertirse en empresa de referencia mundial pero mediante diseños y fabricación íntegros en el emirato.
El capital de la familia Al Thani va más allá. No sólo se limita a corporaciones textiles, sino también a emblemáticos edificios relacionados con el mundo de la moda. Además de poseer algunas de las propiedades más emblemáticas de Londres, cuenta también en su portfolio con uno de los almacenes más célebres de la capital: Harrod's. En 2010 se los arrebataron al multimillonario Al Fayed (87) por 1.741 millones de euros.
Nuevas metas
A la ex jequesa catarí le interesa la moda y Europa. Por eso ha puesto el ojo en nuevos objetivos. Aunque se habla de Versace como punto de interés de los inversores cataríes, por el momento no hay nada firmado.
Mozah bint Nasser ha puesto sus miras también en España. Pero no sólo en la moda patria, también en sus diseñadores y arquitectos. De hecho, el interior del Palacio del emir de Doha lleva la firma de Tomás Alía, afamado diseñador de nuestro país.
Lo que está claro es que la que fuera primera dama catarí tiene las ideas muy claras y pocas veces se deja asesorar, tanto en las decisiones relacionadas con la inversión como en las que tienen que ver con su personal estilo. Ni siquiera es habitual que tenga estilista propio pues considera que nadie podrá entender lo que ella quiere, tal y como ha comentado en alguna ocasión.
Peculiar estilo
Su elegancia nadie la discute. Tal es así que el año pasado, aún estando ya jubilada de sus labores como jequesa, Vanity Fair la incluyó entre sus páginas como una de las mujeres con más clase del planeta.
Su estilo puede definirse como ecléctico: aúna la tradición con la modernidad en un equilibrio perfecto que respeta las exigentes costumbres del emirato. Es capaz de adaptar inequívocamente la alta costura al código de la sharia. Y así, entre joyas, vistosos y coloridos turbantes, largos vestidos y abayas domina un savoir faire del que son testigos, no sin cierta envidia, otras muchas royals europeas.