Cuando en 1967 Constantino de Grecia (76 años) y su familia abandonaban suelo griego rumbo al exilio, su esposa Ana María (70) sólo tenía una idea en mente: poder regresar algún día a su patria, al que había sido su hogar desde que nació en 1946. Por eso, a partir de ese momento todos sus esfuerzos iban a ir encaminados a poder cumplir ese sueño, incluida la educación de sus hijos.
Este martes, la cuñada de la reina Sofía (77) puede decir bien alto que lo ha hecho realidad. Desde hace tres años vive de nuevo en Grecia, aunque no fue hasta el año pasado cuando el gobierno heleno concedió la residencia a su marido.
Ana María de Grecia, hermana de la actual reina de Dinamarca, ha vivido la mayor parte de su vida en el exilio (casi medio siglo). Su hogar -aunque ella no lo considerara como tal, según relató el propio Constantino en su autobiografía- ha sido principalmente Londres. Allí Isabel II les parapetó bajo su protección y convirtió su exilio en dorado. No en vano siempre han sido considerados los consentidos de la realeza europea. A eso ha contribuido que el propio Constantino sea familia directa de Felipe de Edimburgo (95).
Ana María, cuyos años de reinado se cuentan con los dedos de una mano, siempre se ha mantenido en un discreto segundo plano. Nieta, hija, esposa y hermana de reyes, ha optado sin embargo por un papel secundario y por dejar sitio a los auténticos titulares de la corona. Su sentido de la institución y su amor por la familia le han llevado a priorizar esta última y a repartir su tiempo (y viajes) entre Dinamarca, España e Inglaterra.
En 2003 comenzaron tímidamente a veranear en Grecia. Sería el primer paso para un emotivo regreso a la patria del matrimonio, que siempre se ha mantenido muy unido. Su refugio está, concretamente, en Porto Jeli, lugar al que solían acudir también otros royals como Guillermo (49) y Máxima de los Países Bajos (45). Allí residen en una zona que recuerda a ciertos paisajes de Marbella.
La casa que adquirieron fue también objeto de polémica en su día. Les supuso un desembolso de cinco millones de euros. No en vano cuentan con una cala privada, 12 dormitorios, jardín con piscina y otras tantas prestaciones.
Pero no sólo disfrutan del período estival en esta mansión. También lo hacen practicando una de las grandes pasiones de Ana María y sus cinco hijos: la navegación. Así, cuando la cuñada de don Juan Carlos (78) cumplió los 60, el regalo que recibió fue un barco griego. Aún no se habían instalado en Grecia y al menos la esposa de Constantino pudo consolarse con tal significativo obsequio.
Problemas de movilidad
Pese a que Ana María es feliz por haber recuperado su vida en Grecia, lo cierto es que no todo es de color rosa. Desde hace un tiempo, a su marido le acucian ciertos problemas de salud que le afectan sobre todo a la movilidad. Camina con ayuda de un bastón en un gesto que recuerda al que no hace mucho tenía su cuñado, el rey Juan Carlos. Hace tan sólo unos días, se dejaban ver en un concierto celebrado en el país heleno y el aspecto de Constantino preocupó a sus paisanos.
Lejos quedan los viajes estivales que protagonizaba el matrimonio a Mallorca para compartir mariscadas y regatas junto a los reyes eméritos. Constantino siempre ha estado muy unido a sus hermanas Irene (74) y Sofía pero en los últimos años apenas se desplazan a la isla, sobre todo desde que la situación en el seno de la familia real patria ha cambiado sustancialmente.
Una celebración familiar
La celebración del cumpleaños de Ana María será, por tanto, íntima, familiar y tranquila. Rodeado de gran parte de sus cinco hijos. Todo apunta a que sólo faltarán Alexia (51), que reside con su familia en Canarias, y Felipe (30), que estudia en Estados Unidos.
Mientras, Pablo (49) disfruta de un verano a todo tren en uno de los barcos de la familia de su mujer, Marie Chantal Miller (47) antes de mudarse a Nueva York. Teodora (33), por su parte, reside en California donde ejerce su profesión de actriz, aunque actualmente se encuentra preparando películas sobre temas mitológicos en Gecia. Por último, Nicolás (46), es el más apegado a su familia y vive con su mujer Tatiana (36) en una casa alquilada por la hija de Papandreu, el que fuera ministro. Algo se le ha pegado porque desde hace tiempo se conoce que Nicolás tiene ciertas ambiciones políticas.
Con todo, Ana María vive este martes un cumpleaños de lo más especial acompañada de los que más quiere, incluido su marido, con el que celebró en 2014 las bodas de oro.