Las manos de la reina Letizia (44 años) habían acaparado hasta ahora pocos titulares debido a su vacuidad y discreción. La ausencia de color y las escasas o inexistentes joyas solían formar parte de estas extremidades reales, hasta este viernes. La esposa de don Felipe (48) ha tomado una decisión drástica que se venía mascando en los últimos tiempos.
Hasta el momento, Letizia únicamente se había atrevido con el color en sus pies. Lo hizo por ejemplo en la recepción al presidente de Rumania el año pasado. A partir de ese momento, raras fueron las veces que repitió.
Tal vez por vergüenza, timidez, comodidad en los besamanos, porque no le gustaban en demasía sus manos o porque sus uñas habían sufrido la tensión y los nervios propios de su cargo real (y eran más cortas de lo habitual), lo cierto es que hasta el momento la reina ha logrado que sus manos no destacaran en los actos oficiales desviando la atención hacia otros puntos estilísticos.
Contadas, muy contadas, han sido las ocasiones en las que la reina consorte ha llevado hecha la manicura, algo que resulta llamativo teniendo en cuenta lo perfeccionista de su carácter.
El 6 de noviembre de 2003 fue una de esos actos a los que Letizia acudió con una manicura casi perfecta, eso sí, de nuevo nada de color. No era para menos, teniendo en cuenta que se trataba del debut de la entonces presentadora de informativos en Zarzuela. Uñas perfectamente cortadas y esmalte nude con algo de brillo adornaron unas manos que iban a acaparar todos los flashes, pues en ellas se encontraba el anillo de pedida que le había regalado el rey Felipe.
Desde entonces la reina ha prestado mucha más atención a otras partes de su estilismo como el peinado o, por supuesto, la ropa y los complementos. El hecho de morderse los padrastros quizá ha tenido algo que ver en la decisión de Letizia de no lucir las uñas pintadas de color durante 12 años. El color rojo de este viernes podría dar paso, en un futuro, a otros tonos más atrevidos ahora que la reina ha roto con su propia tradición.