La relación entre Harry de Inglaterra (32 años) y la actriz Meghan Markle (35) ha avanzado tan rápidamente que en cuestión de mes y medio hemos conocido a la protagonista, se ha creado polémica en torno a ella, ha habido confirmación por parte de Kensington y en solo unos días según asegura el periódico británico The Guardian se espera un comunicado oficial que informe de su enlace para el próximo año.
El 2017 se presenta con un grandes expectativas para la realeza inglesa que volverá a reunirse para celebrar una nueva unión matrimonial tras la de Guillermo de Gales (34) y Kate Middleton (34) hace cinco años.
Sin embargo, la boda de Harry nada tendrá que ver con la que se vivió en 2011 en la Abadía de Westminster, ya que en esta ocasión tendrá que organizarse un enlace por lo civil. Y es que Meghan ya estuvo casada durante dos años con el productor de cine Trevor Engelson (40) y su estatus de divorciada le impide volver a contraer nupcias religiosamente, según establece la ley en Reino Unido.
Por ese motivo, y al contrario que sucedió en la ceremonia de su hermano que fue por todo lo alto, la del hijo menor de Lady Di con la actriz se llevará a cabo de forma más discreta y sin grandes ostentaciones. Lo que no cambiará será el regalo que la reina Isabel II otorgue a los recién casados, un ducado. Todo apunta a que el nuevo matrimonio se convertirán en los duques de Clarence, aunque como ocurre con Kate Middleton, Meghan también ostentará el título de princesa Harry de Gales.
La polémica ha acompañado a la pareja desde que salió a la luz su romance y es que la llegada de Meghan a la Casa Real británica agitó a los medios de comunicación ingleses e internacionales por su condición de actriz americana y sobre todo, por la aparición de un vídeo en el que se mostraba una escena sexual de la serie Suits en la que la intérprete participa. La prensa inglesa más sensacionalista estuvo durante días intentando sacar trapos sucios de Markle hasta el punto de que el palacio de Kensington por orden de Harry emitió un comunicado a favor de la artista y definiendo la situación como "acoso por parte de los medios". Un par de semanas más tarde, fue el propio Guillermo el que hizo oficial su apoyo a la relación de su hermano.
Pese al difícil inicio mediático del noviazgo, la pareja continúa más unida que nunca. Harry lleva dos semanas de visita oficial en el Caribe, pero aprovechó que este pasado fin de semana tuvo un descanso y sobrevoló los más de tres mil kilómetros que separan las islas de Antigua y Barbuda de Toronto para pasar unos días junto a su novia. La Casa Real británica no quiso confirmar este viaje exprés del príncipe, pero existe un detalle que evidencia su estancia: el collar que le regaló a Meghan. La actriz ha lucido esta semana un colgante con las iniciales de ambos mientras estaba de compras por la capital canadiense. Se trata de un accesorio de oro de 14 quilates, hecho a medida y que costó alrededor de 250 euros.
No es un gasto demasiado excesivo para alguien que pertenece a la realeza, pero quizá esta joya era únicamente la antesala de la auténtica sortija que podrá llegar en forma de regalo de Navidad y suponga la pedida de mano oficial de la pareja. Los diarios ingleses dan por hecho que la confirmación de la boda llegará en estas últimas semanas de 2016 y que es cuestión de meses que Meghan Markle compita con su cuñada Kate por ser la mejor vestida los Windsor.