Un comunicado ha sido la vía elegida por la Casa Real británica para oficializar la relación entre el príncipe Harry (32 años) y la actriz Meghan Markle (35). Hasta este martes todo eran rumores -fundados o no- pero lo cierto es que ya es oficial. Kensington Palace, encargado de informar de los movimientos de los duques de Cambridge y del propio Harry, ha sido la institución que ha dado a conocer la noticia y lo ha hecho a través de las redes sociales.
Pero la Casa Real británica no sólo ha reconocido el noviazgo, sino que además ha aprovechado para pedir respeto para la pareja, que en los últimos días se ha visto sometida a una elevada presión mediática, sobre todo por parte de la actriz, de la que han circulado vídeos en la red con escenas subidas de tono de la serie en la que trabaja actualmente.
El comunicado, escrito en inglés, reconoce que, desde pequeño, "el príncipe Harry ha sido consciente de la calidez que se le ha dado por parte del público. Se siente afortunado de que tantas personas le apoyen y sabe que tiene una privilegiada vida. También es consciente de la curiosidad que provoca su vida privada. Nunca se ha sentido cómodo con esta situación, pero ha intentado crearse una segunda piel para poder sobrellevar ese interés sobre su persona. Casi nunca ha tomado acciones contra aquellas publicaciones que escriben sobre él historias falsas, y ha trabajado muy duro para mantener una buena relación con la prensa, intentando focalizar su atención en su trabajo y las causas que apoya".
Y prosigue: "Pero esta última semana se ha sobrepasado una línea. Su novia, Meghan Markle, ha sido víctima de una oleada de abusos y de acoso. Alguno de ellos se ha hecho público, con calumnias en la primera página de un diario nacional, comentarios racismos, sexismo de trolls en las redes sociales y artículos en páginas web. Hay situaciones que se han ocultado al público, las batallas legales para evitar las informaciones, su madre luchando contra los fotógrafos para entrar en su propia casa, los intentos de los reporteros para entrar, de forma ilegal, en su hogar y las posteriores llamadas a la policía, los sobornos que se han ofrecido a su exnovio o las preguntas constantes a todos sus amigos".
Kensington Palace concluye asegurando que el príncipe Harry "está preocupado por la seguridad de la señorita Markle y está muy decepcionado por no haber podido protegerla. No es adecuado que, tras una relación de unos meses con él, Markle se vea envuelta en esta tormenta. Es consciente de que muchos dirán que es el precio a pagar y que es todo parte del juego. Pero esto no es un juego, es su vida".