Martes 21 de marzo. Mediodía. Cervecería Cruz Blanca de Vallecas. Un coche oscuro con las lunas tintadas para en la puerta del establecimiento. Los viandantes que en ese momento pasean por la calle observan curiosos. No están acostumbrados a tanto misterio y, sobre todo, a tanto despliegue policial y de seguridad. De pronto, la puerta se abre. Don Juan Carlos (79 años) avanza con paso lento pero firme hacia la entrada, ayudado por un bastón. Ha decidido que éste es el día en el que va a probar el renombrado cocido madrileño del modesto restaurante, considerado el mejor de España según los especialistas gastronómicos.
Tres días después, la ilustre visita apenas ha tracendido. La discreción fue la máxima con la que se llevó a cabo esta nueva salida privada del monarca emérito, que continúa así su periplo gastronómico por diversos puntos de la geografía española.
La reserva para siete personas se llevó a cabo dos meses antes bajo un nombre anónimo que no levantó ninguna sospecha, según ha podido confirmar este medio. De hecho, el propietario y chef del establecimiento, Antonio Cosmen, fue informado de la real visita tan sólo unas horas antes de que se produjera.
El padre de Felipe VI llegó al lugar acompañado de varios amigos, entre los que se encontraban la chef Samantha Vallejo-Nágera, el empresario Pedro Trapote y su mujer, Begoña García-Vaquero. Con todos ellos disfrutó de un almuerzo que se prolongó durante aproximadamente dos horas. Entrantes de anchoas del Cantábrico con patatas fritas artesanas y croquetas de la abuela fueron los aperitivos que probaron los comensales justo antes de pasar al plato estrella.
Tras disfrutar del famoso cocido madrileño -cuyos ingredientes suele comer juntos y a la vez el emérito- y de un plato de frutas frías de temporada de postre además de torrijas, el rey Juan Carlos quiso dejar constancia de su visita en el libro de honor que Cosmen le acercó a su mesa. Antes de irse, el monarca no dudó en fotografiarse con todo el personal del local vallecano.
"Al restaurante Cruz Blanca, mi enhorabuena. Es difícil hacer un cocido mejor y con el cariño a España. Mi afecto y esperando volver", así reza la dedicatoria que dejó.
No es la primera vez que el padre del actual rey de España acude a la Cruz Blanca de Vallecas, a juzgar por las declaraciones desde el propio establecimiento: "¡Ayer tuvimos una visita muy especial! El rey Juan Carlos I quiso volver a disfrutar de nuestro cocido, y para nosotros fue todo un honor volver a recibirle", aseguran.