Justo cuando las aguas han vuelto a su cauce tras el 'rifirrafe' real y la reconciliación pública con su suegra, la reina Letizia (45 años) se ha mostrado muy natural y ha dejado ver su faceta más maternal. La monarca ha sido la encargada de presidir la entrega de los premios El barco de vapor y Gran Angular. Para la ocasión, la mujer de Felipe VI (50) -que ha elegido un mono de Hugo Boss que ya vistió hace un par de años en París y que combinó a la perfección con accesorios de Magrit- confesó que sus hijas, la princesa Leonor (12) y la infanta Sofía (10), son unas grandes aficionadas de los libros ganadores y que no han dejado de leerlos durante la Semana Santa: "Lo que más me gusta de los dos libros ganadores es que a mis hijas les han encantado. Los hemos leído en Semana Santa y ¡no había manera de que los soltaran para que pudiéramos terminarlos!". 

Entre los libros preferidos de las hijas de Felipe VI se encuentran La niña invisible, de David Peña, el cual narra la historia de una niña que quiere hacer las mismas cosas que los niños de su tribu. Sin embargo, este libro ganador del Premio Gran Angular no es el único que les ha encantado a las infantas. Está claro que la princesa y la infanta son unas grandes aficionadas de la lectura, cosa que su madre se ha encargado de inculcárselo.

A Letizia le apasiona "fomentar la lectura y animar a coger y libro y leerlo", tal como ha asegurado en su último acto cultural, al que acudieron también numerosos rostros conocidos como Cayetana Guillén Cuervo (48), Cristina Cifuente (53) e Íñigo Méndez de Vigo (62). 

Esta no es la única confesión que ha hecho Letizia. La monarca ha revelado la conexión que mantiene con la premiada, Mónica Rodríguez, "una joven asturiana que, como bien ha dicho, coincidimos bailando ballet". Y es que el ballet le despierta muchos recuerdos a Letizia. La reina asistía de niña a clases de danza tres días a la semana y formó parte del grupo Petit Ballet de Oviedo, una afición que han heredado Leonor y Sofía. Una afición que en Zarzuela se lleva cultivando muchos años, ya que la reina Sofía (79) siempre ha sido una apasionada de las artes escénicas. 

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