Este sábado 19 de mayo tendrá lugar la boda del año. Inglaterra se prepara para celebrar por todo lo alto el enlace entre Meghan Markle (36 años) y Harry de Inglaterra (33). Las calles ya amontonan a los más curiosos e impacientes que esperan con ansias la llegada de la pareja al castillo de Windsor.
La reina Isabel II (91) ha tenido un papel muy importante durante los preparativos de la boda. La cabeza de la monarquía inglesa ha decidido hacerles un regalo muy especial, una casa ubicada en una parcela de 8.000 metros cuadrados.
La propiedad está enclavada en la localidad de Norkfolk, a apenas unos 180 kilómetros de distancia del Palacio de Kensigton, donde vive la pareja los momentos previos al espectacular enlace.
Esta casa pertenece a la monarquía de Inglaterra desde 1962. Fue un regalo de boda del rey Eduardo VII a su hijo Jorge V, que vivió allí junto a su mujer tras casarse. La casa estuvo ocupada por la pareja durante 33 años. Hoy en día es una de las casas de vacaciones de la Familiar Real y se parte de la casa está ocupada por los empleados de mantenimiento.
Este no será el único regalo de bodas pero sí el más espectacular. Isabel II planea otorgarles un título nobiliario que aún no se ha especificado pero resuena con más fuerza el de duquesa de Sussex. Un título creado por Jorge III en 1801.
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