El escándalo de las cintas de Corinna ha desvelado muchos secretos del rey Juan Carlos (80 años) que le señalan como implicado en actividades ilegales e infidelidades. La 'amiga entrañable' del rey emérito confiesa cómo el monarca la quería como testaferro y no por amor, y cuenta algunos de los nombres ocultos de nuevas amantes desconocidas hasta ahora. Unos nombres que se suman a los ya conocidos tras la publicación del libro El rey de las cinco mil amantes escrito por exmilitar del Ejército de Tierra, Amadeo Martínez Inglés.
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Corinna destapa el nombre de Sol Bacharach, otra mujer que se relaciona sentimentalmente con Juan Carlos. Al desvelar su rostro ha quedado evidenciada una de las características que comparten muchas de las amantes del rey: el cabello rubio. Entre las miles de mujeres que se le adjudican al monarca cabe una amalgama de tonos de pelo, pero entre sus 'favoritas' destaca el rubio:
Corinna, la preferida
Fue la sombra del rey emérito desde 2006 hasta su abdicación. La empresaria alemana estuvo al lado del monarca, y es que mientras en secreto mantenían una relación sentimental, en público tampoco ocultaban su cercanía porque se escudaban en la empresa de cacerías y safaris que posee Corinna y que frecuentaba el rey y porque ejercía a menudo de su asistente o interlocutora ante magnates de medio mundo. Es la menos escondidas de todas las amantes y tal y como muestran las cintas de la princesa en conversaciones con el excomisario Villarejo, el rey llegó a decirle que se casaría con ella y que vivirían en El Pardo. Pero siempre fue mentira, aunque su amor por ella, no.
Sol Bacharach, la clandestinidad en palacio
Ha sido la propia Corinna la que ha desvelado su nombre. La princesa confesó mientras era grabada por el excomisario que el rey le contó su largo idilio con la empresaria valenciana: "Al fallecer mi padre en 2009 de cáncer, el Rey me dijo: Oye, he tenido una pareja durante tres años". Sol visitó en varias ocasiones el Palacio de la Zarzuela en nombre de la asociación internacional United World College que ella creó, y "tiene varios centros de desintoxicación porque ella ha sido alcohólica".
Bárbara Rey, pasión y servicios secretos
Durante casi dos décadas el rey emérito y la ex vedette mantuvieron relaciones íntimas. El monarca y Bárbara se veían en un piso montado por el servicio secreto en una urbanización de Pozuelo de Alarcón. El CNI depositó entre los años 1996 y 1997 en una cuenta en Luxemburgo 160.000 euros para mantener callada a la vedette y no revelara sus reuniones con Juan Carlos. El dinero permanecía en el banco Kredietbank pero justo antes de estallar el caso mediáticamente, la cuenta se canceló. Bárbara denunció ante la policía que los servicios secretos habían entrado en su casa y le habían robado material gráfico y sonoro.
Olghina de Robilant, un amor juvenil
Fue el gran amor adolescente de Juan Carlos I. Por aquel entonces el rey emérito solo era un muchacho al que Franco y su padre habían prohibido que se casara con alguien que no tuviera 'sangre azul': "Surgió un flechazo entre compañeros de mesa. Me enamoré como una colegiala. Era una relación alegre, simpática, sin pretensiones, sin compromisos, así que no éramos fieles", comentó al diario El País. Tuvieron un primer encuentro una noche de verano de 1956, él se acercó a ella nervioso, con la cara ardiendo y le dijo al oído: "Guapa". Fue el primer amor del rey.
María Gabriela de Saboya, la esposa que no pudo ser
Es la joven de la que estaba enamorado el rey Juan Carlos cuando conoció por primera vez a la reina Sofía. En ese momento, la monarca griega también bebía los vientos por otro hombre, el príncipe Harald de Noruega. Tenían 15 y 16 años y se encontraron en en el verano de 1954 a bordo del yate Agamenón. María Gabriela era una joven por la que el rey apostaba para ser su 'consorte' en esos tempranos años, pero cuando llegó el momento de decidir su pareja oficial le prohibieron que fuera ella y se centró la atención en Sofía, una mujer ideal y perteneciente a la Familia Real.
Carmen Díez de Rivera, su musa en un momento clave
Se la conocía como 'La musa de la Transición', porque su papel fue decisivo para que el rey Juan Carlos nombrara a Adolfó Suárez presidente del Gobierno tras la muerte de Franco. Fue directora del Gabinete presidencial de Suárez, su mano derecha y la más reivindicativa. Muchos tenían puesta la mirada sobre ella porque además de sus dotes para la política y sus ansias de libertad para la sociedad, era una mujer muy atractiva. No solo el rey se dejó encandilar por su dorada melena sino también Francisco Umbral que le dedicaba tribunas en El País.
Lady Di, el idilio de verano
Corría la década de los 80 cuando los reyes Juan Carlos y Sofía invitaron a Lady Di y Carlos de Inglaterra a Marivent. En Mallorca disfrutaron de salidas en barco y paseos por la isla, y entre rutas marítimas y caminatas el rey emérito no pudo evitar fijarse en la princesa de Gales. Sin embargo, según contó la propia Diana a su guardaespaldas Ken Wharfles no se sentía nada cómoda con la excesiva cercanía que mostraba el rey: "Es horrible... es encantador, pero demasiado atento. Es un sobón", confesó. No obstante, a pesar de lo disgustada que parecía ante su guardaespaldas por la actitud del Borbón, según sostiene el escritor de El rey de las 5.000 amantes, Juan Carlos y Diana sí llegaron a tener una historia íntima.
Raffaela Carrá, la atractiva ragazza
La belleza de Raffaella Carrá, la italiana que hacía vibrar a todo el planeta con sus canciones hace unas décadas enamoró a millones de personas con sus letras libres y sus contoneos. Y el propio Juan Carlos tampoco pudo evitar caer rendido a sus pies, de nuevo según recoge el libro de Martínez Inglés. Fue en los años 70 cuando una joven Raffaella captaba la atención de medio mundo y también la del entonces príncipe de España. El rey se casó con Sofía en 1962 pero el atractivo de la italiana no pasó inadvertido para Juan Carlos cuando ya habían nacido todos sus hijos.