Las infantas Cristina (54 años) y Elena de Borbón (55) asistieron este lunes por la noche a la misa funeral en memoria de Germán López Madrid que tuvo lugar en la Iglesia de San Jerónimo el Real. Demostrando la buena relación que la familia del rey Felipe VI (51) mantiene con los López Madrid, las dos hijas del rey Juan Carlos (81) quisieron dar el último adiós al hermano de Javier López Madrid y con su presencia se convirtieron en el centro de todas las miradas.
Aunque a su llegada ambas lo hicieron bajo el mismo paraguas, lo cierto es que tras la misa, las dos hermanas tomaron caminos diferentes para evitar a la prensa. La infanta Cristina subió a un coche y su hermana mayor, Elena, a otro diferente para poner rumbo a sus correspondientes hogares. En esta ocasión, la duquesa de Lugo vivió un momento en público que no suele tener lugar. Se encontró, de manera inesperada, con su exmarido, Jaime de Marichalar (55), muy amigo también de la familia López Madrid. Según desvela Vanity Fair, los padres de Felipe de Marichalar (21) y Victoria Federica (19) no se saludaron.
Entre las personas que quisieron mostrar sus condolencias a la familia, y especialmente a la viuda, la arquitecta María José Gómez Rodulfo, se encontraban el marqués de Cubas Fernando Falcó (80), Fernando Martínez de Irujo (60), Patricia Rato (48) acompañada de Javier Moro (64), Blanca Suelves, Miriam Ungría (56), Esperanza Aguirre (67), Carlos García Hirschfeld (55), Carlos García Revenga (58), Veva Fernández-Longoria, Josemi Rodríguez Sieiro (69), Pedro López Quesada (55) y Cristina de Borbón-Dos Sicilias, entre otros.
En esta ocasión, los dos grandes ausentes fueron los reyes de España, Felipe y Letizia (47). Cabe recordar que existía una gran relación de amistad entre el hermano del fallecido, Javier López Madrid, y ambos monarcas. Fue en el año 2002 cuando Felipe de Borbón le presentó a su entonces novia, Letizia. Durante el noviazgo de Felipe y Letizia, el empresario alojó en su casa en varias ocasiones a los futuros Reyes de España, protegiéndolos de los ojos curiosos mientras mantenían su relación en absoluto secreto.
El 20 de abril de 2017 la vida de Javier López Madrid cambió para siempre. El denominado 'compiyogui' de la reina Letizia fue detenido en el marco de la Operación Lezo por haber pagado un millón de euros en comisiones al expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González (58). Sin embargo, la relación de confianza con la mujer del Rey y con el propio Felipe VI, nacida entre los pupitres y cuadernos del colegio Santa María de los Rosales, ya comenzó a quebrarse en 2014.
Ese año salió a la luz la polémica de las tarjetas black de Caja Madrid, en la que el nombre de López Madrid apareció como uno de los investigados. La reina Letizia quiso entonces apoyar al amigo de su marido, con el que compartía afición al yoga. Pero el descalabro mediático, social y judicial de López Madrid no había hecho nada más que empezar.
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