La Casa Real ha hecho públicos los primeros retratos institucionales de Felipe (52 años) y Letizia (47) como Reyes, firmados por la retratista Estela de Castro. En el posado se puede observar la faceta más solemne y regia de los monarcas de España: él, con el uniforme de Capitán General del Ejército de Tierra; y ella, con el vestido rosa bordado en plata de Carolina Herrera, acompañado de la imponente tiara Flor de Lys, el mismo look que lució en su visita a Japón.
Pero el posado también cuenta con otras instantáneas en las que los reyes lucen atuendos más informales, propios de los actos civiles a los que suelen acudir. Entre esas fotografías, llama la atención uno de los dos posados de Letizia en solitario, que supone toda una declaración de cercanía y autonomía por parte de la consorte.
La Reina aparece de pie, con un vestido azul oscuro de Carolina Herrera cuya existencia se desconocía en su armario (sí había lucido antes la misma versión en rojo, que también forma parte de este posado durante la fotografía familiar). Letizia mira al frente con aire distendido y melena suelta, sobre un fondo blanco que se aleja de la solemnidad de las imágenes en Palacio.
El minimalismo de esta instantánea refleja los nuevos aires que tanto Letizia como Felipe vienen aportando a la monarquía española, despojándose del oropel habitual para mostrar una imagen mucho más cercana al pueblo.
Este aspecto, en el caso de la Reina, recuerda inevitablemente a sus orígenes plebeyos. Concretamente, en este posado en solitario Letizia tiene muy poco de monarca y mucho de esa mujer periodista, de aquella informadora de Televisión Española que en su día fue, antes de comenzar su relación con el por entonces príncipe Felipe.
Y es que, el corte del vestido de Letizia, elegante a la par que sencillo y discreto, bien podría ser propio de una presentadora de informativos preparada para dar las últimas noticias desde un plató de televisión, como hiciera la actual Reina durante cuatro años en la corporación pública.
Esa sensación de proximidad se traslada también a la fotografía de los Reyes junto a sus hijas, la princesa Leonor (14) y la infanta Sofía (12). Sobre el mismo fondo blanco, Letizia lleva el citado vestido rojo 'gemelo' del azul, mientras que Felipe luce un traje gris oscuro -acompañado de una corbata en tonos verdes, color que tradicionalmente se ha relacionado con la Casa Real- y las niñas repiten el look que llevaron el día de la Fiesta Nacional. Una estampa que podría ser propia de cualquier familia española en un estudio fotográfico y que, sin duda, no es fruto de la casualidad, teniendo en cuenta que en este tipo de posados todo está medido al milímetro.
En este sentido, las imágenes reflejan la capacidad de Letizia de adaptarse a las diferentes situaciones que tiene que afrontar en su papel como Reina, con dos facetas muy diferenciadas: por un lado, con el imponente vestido capote de gala perfecto para las ocasiones más solemnes; por otro, con el sencillo modelo de Carolina Herrera, ideal para su trabajo diario y su asistencia a actos de corte civil en los que suele darse un baño de multitudes entre el pueblo llano.
Primer posado
Este es el primer retrato oficial de Felipe y Letizia como monarcas, pues su último posado fotográfico se produjo en 2010, cuando todavía eran príncipes de Asturias. Hasta ahora, Casa Real venía utilizando esas instantáneas, tomadas por el retratista Dany Virgili, como fotografías oficiales de los monarcas.
También se trata del primer posado de Leonor como princesa de Asturias, que cuenta con su fotografía individual y otra junto a su hermana, la infanta Sofía, a la que se ha otorgado la misma importancia que a la heredera, dado que también ha protagonizado su propia imagen en solitario.
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