La princesa Marta Luisa de Noruega (48 años) ha roto su silencio y lo ha hecho para expresar el profundo dolor que le causó la muerte de su exmarido Ari Behn, que se suicidó la Navidad pasada a los 47 años. A través de su red social Instagram, Marta Luisa ha asegurado que esta pérdida tan trágica ha sido la experiencia "más dura" que han vivido ella y su familia. "Nuestra familia ha pasado, y sigue pasando todavía, por un período duro tras la muerte de Ari, el más duro que hemos vivido", ha confesado la hija mayor de los reyes Harald (83) y Sonia de Noruega.
Marta Luisa, que ha hablado por primera vez en público de la muerte de Behn, ha revelado que ella y sus tres hijas han experimentado "oleadas oscuras de tristeza" y que ella tuvo que asumir en solitario la responsabilidad por unas hijas "frágiles, hermosas y vulnerables que me necesitan 24 horas al día todos los días". Y ha apuntado lo que sigue: "Anteriores encuentros con la muerte fueron por causas naturales, y aunque la muerte a veces vino demasiado pronto y el proceso de duelo fue doloroso, también fue pacífico y reconfortante. No ha sido el caso ahora y eso ha hecho el proceso largo y penoso, y así seguirá mucho tiempo".
Marta Luisa se ha referido también a la situación causada por el coronavirus y se ha mostrado "infinitamente agradecida" a las personas que a diario "salvan vidas y hacen lo mejor para la sociedad". La muerte de Behn conmocionó a Noruega, y durante semanas hubo numerosas muestras de duelo de familiares, políticos, artistas, famosos y ciudadanos comunes, que llenaron de flores y velas la plaza del Palacio Real de Oslo.
Su funeral en la catedral de Oslo contó con la presencia de la familia real al completo y de cientos de ciudadanos anónimos, por deseo de la familia, además de ser retransmitido en directo por la televisión pública. Behn estuvo casado con Marta Luisa entre 2002 y 2017, cuando protagonizó el primer divorcio en la Casa Real noruega en dos siglos.
Juntos tuvieron tres hijas: Maud Angelica, de 16 años; Leah Isadora, de 14, y Emma Tallulah, de 11. El propio Behn, que tenía la tutela compartida de sus tres hijas, confesó en varias ocasiones sus problemas de depresiones y en su último libro, publicado hace un año, relató lo dura que había sido la separación y reflexionó sobre la muerte, a la vez que se despedía de sus seres más queridos.
Una muerte y una familia rota
El trágico fallecimiento de Behn causaba conmoción en Noruega. Las puertas del Palacio Real de Oslo se llenaba de velas y flores en su honor. Su adiós dio paso a las preguntas sobre qué habría llevado a Behn a tomar esta decisión. A mediados del mes de enero, los padres del noruego desvelaban más detalles sobre lo sucedido en una entrevista con la revista noruega Se og Hør. Ya durante el funeral, sus progenitores trataban con naturalidad la complicada salud mental que padecía su vástago.
Antes del fatídico desenlace, Olav Bjørshol -el padre de Ari Behn- hizo una visita a Ari a su casa, tanto en Nochebuena como en Navidad. "Lo encontré después de que él eligió terminar con su vida. Hoy estoy muy agradecido de haber podido estar con él en sus últimos días", comentaba en la citada publicación. La familia del escritor confesaba que Ari tenía previsto celebrar la Nochebuena con la familia real noruega, princesa Marta Luisa y sus tres hijas, Maud, Leah y Emma, en la casa de campo de Kongsseteren. Sus exsuegros le habían invitado a pasar la festividad con ellos. Días antes de la gran velada, Ari cancelaba su asistencia, tal y como han informado sus padres. "Ari se sintió demasiado enfermo para asistir, por lo que sus planes cambiaron".
El padre Olav decidía viajar a Lommedalen, donde residía Ari, la víspera de Navidad, para estar junto a su hijo. "Fui yo quien lo encontró", revelaba entre lágrimas Olav. "Teníamos la impresión de que Ari había encontrado algún tipo de paz interior el último día", añadía. El viernes 3 de enero, el funeral para Ari Behn se celebraba en la Catedral de Oslo. Varios miembros de la realeza y de la familia del escritor quisieron darle al noruego su último adiós. De la familia real noruega estuvieron presentes el rey Harald, la reina Sonia (83), el príncipe heredero Haakon (46), la princesa heredera Mette-Marit (46), el príncipe Sverre Magnus (14), la princesa Ingrid Alexandra (15) y la princesa Astrid (57).
El príncipe Daniel (46) asistió desde Suecia y la princesa Lorenza de los Países Bajos (53). La hija mayor de Ari y Martha, Maud, hizo un emotivo elogio para su padre en la ceremonia. "Solo quiero decirle a todos los que han pasado por una enfermedad mental, que siempre hay una salida. Aunque no se vea. Hay personas por ahí que pueden ayudar. Todos merecen amor y alegría. Nunca es una debilidad pedir ayuda sino una fortaleza. Hay tanta gente por ahí que está infinitamente feliz porque estás en su vida y la necesitas. Nunca pienses que es mejor irte", comentaba.
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