La Casa Real sueca acaba de sufrir un duro golpe familiar. Walther Sommerlath, hermano de la reina Silvia de Suecia (76 años), ha muerto a los 86 años, tal y como ha informado la propia monarca a través de un comunicado.

"Walther Sommerlath, hermano de Su Majestad la Reina, murió el viernes 23 de octubre de 2020 a la edad de 86 años. Se quedó dormido después de un breve período de enfermedad el viernes por la noche en el Hospital Universitario Karolinska en Huddinge", reza el anuncio.

La mujer del rey Carlos Gustavo XVI de Suecia (74) ha expresado su dolor por esta triste pérdida: "Mi familia y yo sentimos una gran tristeza y nostalgia por mi hermano Walther", escribe. Además, pide respeto en un momento tan complicado para la familia: "Pedimos a los medios de comunicación que respeten y comprendan que este es un asunto familiar privado".

Walther Sommerlath, nacido en 1934 en Brasil como Walther Ludwig Sommerlath, falleció el pasado viernes en el Hospital Karolinska en el municipio de Huddinge (Estocolmo).

A mediados de este mes, Silvia recibió a su hermano enfermo en el castillo de Drottningholm, más precisamente en la antigua casa de la princesa heredera Victoria, Nedre Sjöflygeln, una pequeña casa del siglo XIX ubicada a unos 50 metros del castillo.

Por aquel entonces, no trascendieron los motivos del traslado de Walther, aunque ahora ha sido una fuente de la Casa Real la que ha confirmado que la Reina recibió a su hermano para estar junto a él en sus últimos días. "Puedo confirmar que el hermano de la reina ha estado viviendo en Drottningholm durante algún tiempo", ha desvelado al medio local Svensk Damtidning la gerente de información de la Corte, Margareta Thorgren.

La reina Silvia es la menor de cuatro hermanos y la única niña. Sus otros hermanos son Ralf y Jörg, este último fallecido en febrero de 2006 a los 64 años tras una larga enfermedad.

Jörg contrajo cáncer en diciembre de 2004, enfermedad que le fue detectada tras sufrir un incidente durante una cena en Berlín. El hermano de Silvia de Suecia fue ingresado en el hospital porque no podía tragar y el diagnóstico fue un cáncer de laringe.

Al año siguiente, Jörg se sometió a una cirugía que resultó un éxito y pareció poner fin a su batalla contra el cáncer, pero ese mismo año la enfermedad le golpearía de nuevo, acabando esta vez con su vida.

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