La cuarta temporada de The Crown, una de las producciones de Netflix más exitosas, ha desvelado algunos de los asuntos más turbios de la Casa Real británica. Pese a que la rigurosidad y longevidad del linaje real de Reino Unido es uno de los más respetados en todo el mundo, sus intrahistorias de palacio no dejan a nadie indiferente. Y sin duda, el trío amoroso formado por el príncipe Carlos (72 años), Lady Di y Camilla Parker Bowles (73) es uno de los que más tramas genera en la vida real y en la ficción.
Gracias a la serie se han traído a la actualidad sucesos y anécdotas muy escandalosas que intentaban quedar sellados de puertas para adentro de la corte, pero que eran un tema de conversación frecuente en los mentideros de la capital del Reino. Muchos de aquellos secretos tenían lugar detrás de las mismas cuatro paredes: Highgrove House.
Era el destino preferido de Carlos de Inglaterra. Un palacete rodeado de vegetación, era su retiro campestre por excelencia, donde disfrutada de su floreado jardín y practicaba la caza a su aire. Nunca fue más feliz que cuando estaba trabajando en su entre sus verdes campos. Allí se sentía vivo y más aún cuando recibía la visita de su amada y siempre pasional Camilla.
En ese hogar, alejado del bullicio de la ciudad y de la encorsetada corte de su madre, el heredero encontraba la paz siempre que fuera en compañía de Camilla. Ella siempre fue y pensó como él; compartían intereses comunes como el cuidado del jardín, la caza, la equitación, la música clásica, la pintura y el sentido del humor inglés. Pero con Diana no ocurría nada de eso, ya que la denominada princesa del pueblo prefería la moda o la cultura más popular, algo que al príncipe se le antojaba bastante banal.
Sin embargo, Lady Di era su esposa, e intentó serle fiel durante algunos años tras su 'Sí, quiero', pero su 'esfuerzo' apenas duró un lustro. A mediados de la década de los 80, las visitas nocturnas de Camilla a Highgrove ya eran habituales. Tanto que cuando Diana acudía al lugar, de forma muy ocasional para pasar el fin de semana con sus hijos, los trabajadores del servicio tenían la orden de retirar todos aquellos enseres que hubiera de Camilla en la casa. Desde su camisón bajo la almohada hasta las fotos de la mesilla, que eran sustituidas por instantáneas de Lady Di y sus vástagos.
Pero no fueron demasiadas las veces que el servicio tuvo que hacer esta curiosa tarea, ya que Diana de Gales prefería quedarse en Londres antes de ir a "la prisión", como ella misma llamaba a Highgrove.
El acto sexual de Carlos y Camila
En 1987 los medios británicos ya daban por hecho la separación entre el príncipe Carlos y Lady Di. La ruptura se iba evidenciando con las ausencias del heredero en su residencia oficial y sus innumerables viajes a Highgrove House donde se reunía con Camilla de forma frecuente.
Uno de esos intensos encuentros entre el hijo de Isabel II (94) y la duquesa de Cornualles fue captado por un periodista del diario The Sun. El comunicador publicó una escandalosa noticia en la que detallaba punto por punto el acto sexual que tuvo lugar en el 'nidito de amor' del todavía entonces marido de Diana de Gales.
Su fuente era un policía que hacía guardia por la zona y espió a Carlos y Camila a través de una de las cortinas del salón de la mansión de Highgrove. Según cuenta, todo empezó con un relajado baile en mitad de la estancia, agarrados, y tras un romántico abrazado 'desaparecieron' tras el sofá. Cuando se volvió a fijar "vio a Camilla a cuatro patas". Tras unos minutos en los que apenas tenía buena visión para ver lo que sucedía, los protagonistas se levantaron y fue cuando pudo ver a Carlos "colocándose bien los pantalones y a Camilla atusando el pelo revuelto por la pasión".
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