Jorge Romanov (40 años), heredero al trono de Rusia, y la escritora italiana Rebecca Bettarini (36) ya son marido y mujer. La de este viernes ha sido una ceremonia civil, sencilla y solemne en el ayuntamiento de San Petersburgo. No ha sido más que el primer paso para poder celebrar su gran boda religiosa por todo lo alto el próximo 1 de octubre.

El hijo de la gran duquesa María Vladimirovna de Rusia y del príncipe Francisco Guillermo de Prusia y su ya esposa se han dado el 'sí, quiero' en la intimidad, al contrario de lo que sucederá en su enlace del próximo viernes al que asistirán más de 400 invitados. 

Para la ceremonia civil, la novia ha escogido unos zapatos y vestido de color azul, pues es la tonalidad que se identifica con la Orden de San Andrés, máxima distinción del Imperio ruso desde 1698. El traje de Rebecca Bettarini fue creado por la diseñadora italiana Chiara Boni y es una elegante pieza de corte midi y manga francesa y en su estructura luce unos bordados con gran simbología para la cultura rusa, pues están inspirados en pintura Khokhloma, un estilo tradicional local de pintura en madera.

Fue el pasado enero cuando la Casa Imperial de Rusia anunció que el gran duque Jorge, pretendiente a zarevich, se casaría en octubre de 2021 con Rebecca Bettarini, hija del embajador italiano Roberto Bettarini. El noviazgo se hizo público en diciembre de 2020, el mismo momento en el que se comunicó la conversión a la fe ortodoxa de la novia que hasta entonces era católica. Las normas de la Casa Imperial impiden que sus miembros se unan en matrimonio con personas de otras confesiones sin perder sus derechos dinásticos, por lo que la italiana se bautizó antes del compromiso.

Los contrayentes se han intercambiado dos joyas tradicionales de los Romanov. Las alianzas de oro con piedras preciosas con los colores de la ensaña nacional rusa: rojo, blanco y azul. Jorge Romanov pidió matrimonio a su pareja en el mes de agosto en Bruselas, ciudad en la que se conocieron y forjaron su amor. Y es que, pese a que los ya marido y mujer se conocen desde que eran adolescentes, comenzaron su historia de amor hace justo una década, cuando ambos trabajaban en la embajada de Francia situada en la capital de Bélgica. Entonces, el heredero ruso le pidió a Bettarini que le ayudara a crear su fundación en Rusia y este trabajo unidos hizo que la amistad se convirtiera en amor sentimental.

Romanov le pidió matrimonio a su novia con un anillo de banda engastado con un rubí cabujón y dos diamantes. Se trata de una joya con historia, pues fue la que su madre, la gran duquesa María, le regaló cuando alcanzó la mayoría de edad y que estaba destinada a que fuera lucida algún día en el dedo de la que se convertiría en la mujer de su vida.

En menos de seis días, Jorge Romanov y Rebecca Bettarini celebrarán su gran boda religiosa en San Petersburgo con una infinita lista de invitados entre los que destacan los padrinos del novio, el rey Juan Carlos (83) y la reina Sofía (82). Junto a la representación real española estarán figuras relevantes del resto de casas reales europeas.

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