La reina Letizia (49 años) termina su semana en el extranjero. La esposa de Felipe VI (53) ha viajado a Suiza, más en concreto a Basilea, a orillas del Rin, para presidir la inauguración de una exposición sobre Goya en la Fundación Beyeler. Una buena idea hubiera sido quedarse el puente en el país helvético, pero resulta que ella no tendrá fiesta el día 12, ya que presidirá junto al Rey y su hija Sofía (14), el desfile militar y la posterior recepción en el Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional. Así que esta visita al país dónde reside su cuñada, la infanta Cristina (56), a la que por supuesto, no quiere ver ni en pintura (nunca mejor dicho) será de ida y vuelta hoy.
Letizia ha querido hacer un claro homenaje al pintor aragonés y se ha vestido a tono del artista. Goya vivió en una época en la que retrataba a las mujeres vestidas, sobre todo en su primera época como pintor, con trajes hechos con lujosos brocados, princesas de la corte con diseños exclusivos y carísimos que las diferenciaban de las nacidas entre las plebeyas, y así está confeccionada la falda de tubo que ha estrenado este 8 de octubre, con este tipo de tejido en color verde botella.
Es cierto que sobre gustos no está nada escrito, y que en muchas ocasiones le pedimos a Letizia que se vista como una verdadera royal y aunque hoy no va con nosotros el estilo del look de la esposa de Felipe VI, no podemos decir nada sobre si es correcto porque lo es, se trata de un outfit acorde con el acto y con su rango.
La protagonista absoluta del look de Letizia en Basilea ha sido la falda, firmada por la marca española Is Coming. Realizada en un brocado en tonos verdes, grises y dorados, tiene un diseño que a la Reina le encanta: de tubo y entallada, que casi le complica dar los pasos a la hora de caminar. La ha combinado de una forma muy inteligente, ya que si lo hubiera hecho con una camisa, le hubiera quitado protagonismo a la prenda, así que la ha lucido con un jersey, de la misma firma, a modo de top, en lana de punto grueso del mismo tono, con el cuello redondo y de manga larga ancha, aunque como siempre las ha llevado hechas un burruño, por lo que no sabemos si son abullonadas porque el diseño es así o se lo provoca ella misma al remangarlas.
Lo que menos encajaba esta mañana eran los complementos. La Reina ha elegido accesorios, bolso y salones a juego, en un tono dorado que se pegaba un poco con el conjunto, aunque la intención era buena, que combinara con el dorado del brocado, el resultado no era el esperado y se mataban un poco. Ambas cosas, cartera y zapatos, están firmados por Magrit y llevan varias temporadas en su armario.
Las joyas daban el toque distinto, ya que ha elegido unos pendientes de oro blanco que tiene desde hace muchos años y el ya aburridísimo y cansino anillo de Karem Hallam.
Lo mejor de todo es que haya estrenado falda, que haya acertado en vestirse acorde a su papel y que esta imagen de Letizia hoy en Basilea nos pone los dientes largos esperando al look del martes, durante la Fiesta Nacional.
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