La salud de la reina Isabel II (95 años) es uno de los temas que más preocupa a los ingleses en los últimos días. Desde que se diera a conocer que la monarca había pasado una noche en el hospital para someterse a unos controles médicos, y después de que se haya visto obligada a anular varios compromisos dentro de su agenda oficial, hay un nerviosismo generalizado en el Reino Unido y en todo el mundo.
Durante las próximas dos semanas, la Reina descansará en su Castillo de Windsor por recomendación médica. Una decisión que no ha hecho si no acrecentar aún más los rumores sobre el verdadero estado de Isabel II. Sin embargo, la soberana ha querido mandar un mensaje de tranquilidad con unas imágenes que han llegado desde dentro de su residencia en la que se la puede ver conduciendo su propio coche. En las fotografías, la Reina, con gafas de sol y el habitual pañuelo en la cabeza que le gusta lucir cuando está en su casa de campo, está al volante de su Jaguar verde de cinco puertas, que normalmente utiliza para transportar a sus mascotas.
Las imágenes confirman las palabras del primer ministro inglés, Boris Johnson (57), quien aseguraba este fin de semana que la soberana se encuentra en buena forma: "Hablé con Su Majestad, como hago todas las semanas como parte de mi trabajo y estaba en muy buena forma. Los médicos le han recomendado que tiene que descansar y creo que lo debemos respetar y comprender. Todo el mundo le desea lo mejor".
El Palacio de Buckingham, residencia oficial de Isabel II, ha subrayado que la reina tiene la "firma intención" de participar en los actos de homenaje a los combatientes británicos en las dos Guerras Mundiales el próximo domingo 14 de noviembre.
La monarca tuvo que cancelar un viaje programado a Irlanda del Norte y también su participación en la cumbre climática Cop26, que ha arranacado este mes de noviembre en Glasgow (Escocia). La jefa del Estado británico sí ha seguido atendido audiencias virtuales desde su residencia.
El ingreso de una noche de la reina Isabel II es el primero en ocho años y tuvo lugar en el hospital privado King Edward VII, en el centro de Londres, el mismo en el que estuvo ingresado su marido, el duque de Edimburgo, antes de fallecer el pasado 9 de abril a los 99 años. Los detalles del parte médico de la monarca no han trascendido aún.
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