El próximo viernes 29 de abril se cumplirán 11 años de la boda de Kate Middleton (40 años) y el príncipe Guillermo de Inglaterra (39). Desde aquel día en el que se dieron el 'sí, quiero', los duques de Cambridge se han mostrado unidos y cada vez más preparados para asumir la posición de Reyes que algún día tomarán. El nieto de Isabel II (95) va tomando peso en los actos institucionales, y Kate no para de copar titulares de prensa siempre con críticas muy positivas.
El estilo y la elegancia de Middleton son sus puntos más fuertes, y en los últimos años ha conseguido el aplauso incansable de la población y de los expertos en moda y Casas Reales. Así ha ocurrido este mismo lunes, 25 de abril, en el solemne acto por la celebración del Día Anzac de las Fuerzas Armadas en la Abadía de Westminster.
La duquesa de Cambridge no tenía agendada esta cita en su lista de compromisos institucionales, solo se anunció la presencia de su marido, pero a última hora Kate ha sorprendido asistiendo al templo junto a su esposo. Y lo ha hecho una vez más derrochando sofisticación y causando sensación con su elección estilística.
Quizá debido a la proximidad de su undécimo aniversario de boda, Kate Middleton ha creído conveniente recuperar a su diseñador de cabecera, ese creativo que ha estado presente en los días más especiales y personales de su vida. Ese es Alexander McQueen. El abrigo-vestido blanco que ha lucido este 25 de abril es una pieza del modisto inglés, y ya lo vistió en el bautizo de su hija, la princesa Charlotte (6). Se van a cumplir siete años de aquel estreno, pues lo lució el 5 de julio de 2015, en la Iglesia St. Mary Magdalene de Sandringham para el primer sacramento de su única hija.
La prenda sigue la línea de confección favorita de la duquesa, y la que más le favorece. El abrigo marca su figura, posee amplias solapas bajo el cuello y tiene largo midi. Kate ha roto el color nupcial de su estilismo con algunos complementos en negro, como su clutch de ante, firmado por Jenny Packham, y sus zapatos de salón oscuros de Gianvito Rossi.
Pero la auténtica dosis de elegancia se podía encontrar en otros accesorios: sus pendientes y su tocado nuevo. Middleton ha apostado por unas joyas muy especiales que pertenecían al joyero personal de Lady Di, y que se puso sin cesar hasta su fallecimiento. Fueron un regalo del príncipe Carlos (73) a Diana a principios de los 80, cuando aún no eran marido y mujer, pero ya estaban comprometidos. Se los conoce como los pendientes Collingwood, y están creados con pequeños diamantes con una perla colgante en forma de lágrima.
Pero la estrella de su outfit ha sido su nueva diadema. Se trata de un halo Calypso de la firma inglesa y artesanal Jane Taylor. El tocado está confeccionado en tweed británico de color blanco, en una tonalidad muy acorde a la de su abrigo. Y la auténtica sorpresa llegó cuando la duquesa giró su cabeza y desveló la parte trasera de su accesorio. La diadema luce un lazo de seda negro por detrás, que rodea su cabeza, pero dejando bien a la vista su brillante melena castaña.
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