Sus obsesiones sexuales le valieron la suspensión de militancia del Partido Laborista. Pero de nada sirvió porque Simon Danczuk (49), diputado británico, ha vuelto a las andadas. Hace unas semanas conoció a una chica en Twitter y al cabo de una hora de intercambiar mensajes ya le escribía: "Me has puesto cachondo". El tono fue subiendo y el diputado acabó con la chica, de 22 años, sobre su mesa de despacho. La cuestión es que sus cuitas sexuales también terminan por aparecer en la prensa. Y eso, en un país conservador como Gran Bretaña, pasa factura.
Porque además, la oficina a la que Danczuk llevó a su amante es la oficial, la que ha costado 22.000 libras al erario público. Y ella no se ha cortado en contar todo con pelos y señales. "Es un loco del sexo", ha declarado la chica a The Sun, "me sentí bastante privilegiada de estar allí con un diputado tan conocido. Aunque mirando hacia atrás, fue tan irresponsable... no debería usar su oficina como un 'apartamento sexual".
Ambos intercambiaron hasta 6.000 mensajes telefónicos en los que hablaban de sexo de manera directa y explícita. Incluso cuando ella trataba de entablar conversaciones sobre otras cuestiones. El Brexit, por ejemplo. La joven se mostró preocupada por si la salida de Reino Unido de la Unión Europea podría influir en el papel de los británicos en Eurovisión. "Te voy a follar tan fuerte que ni siquiera podrás pensar en la puta Eurovisión", le contestó él.
La chica, que admite que le 'ponen' este tipo de relaciones, ha contado que la primera vez que fueron a su despacho habían tomado antes dos botellas de vino. Es en eso, en su dependencia del alcohol, en lo que suele justificarse Danczuk cuando debe dar explicaciones sobre sus desmanes con el sexo. Y ha habido muchos.
El historial es amplio. En 2006 se casó con Sonia Milewski, con quien estuvo hasta 2010 y tuvieron dos hijos. Se separaron por las infidelidades de él. La historia se repitió con Karen Burke, con quien se casó en 2010, el mismo año que fue elegido diputado por la región de Rochdale. Karen es conocida como la reina de los selfies por su afición a retratarse y colgar sus fotos en Internet. Sobre todo aquellas en las que aparece más provocativa. De Karen, con quien también tiene dos hijos, se divorció en diciembre de 2015. Ese mismo mes se supo también que una de sus amantes (quizás la que se pensó que era la única) le dejaba por haberle sido infiel.
Las mujeres de su vida empezaban a recurrir a la prensa para contar sus experiencias y se supo que tenía una vida íntima de lo más movidita. Por si no era suficiente, apareció entonces una adolescente de 17 años. Es la relación que más le ha costado a Danczuk: el Partido Laborista lo suspendió de militancia en diciembre de 2015. Según denunció la joven, Sophena Houlihan, el diputado le mandó decenas de mensajes con sexo explícito después de que ella fuera a su oficina a buscar trabajo.
Se da la circunstancia, además, de que Danczuk ha formado parte de una controvertida comisión que ha investigado durante años el abuso de menores en Gran Bretaña por parte de figuras relevantes de la política. Un trabajo que, admitió el propio diputado, le había provocado depresión por su dureza. En 2012 público un libro en el que revelaba el lado oscuro de su predecesor: había sido un pederasta en serie.
La última historia que ha salido a la luz puede costarle cara. Porque la chica que ha hablado con The Sun ha contado que las relaciones fueron más allá de la oficina y también las tuvieron en su casa, la que había compartido durante años con su mujer. Y no pudo esperar a que sus hijos estuvieran con su madre.
Además, la chica dice que cuando quiso cortar, él se mostró muy pesado. "Parecía obsesionado por tener sexo conmigo", lamentaba la joven en el periódico.
La historia es implacable y si alguien mira hacia atrás, verá que la carrera política de Danczuk corre peligro. En 2010, por ejemplo, el diputado laborista Nigel Griffiths (61), dejó su cargo tras admitir que le había sido infiel a su mujer en su oficina de la Casa de los Comunes.
Por ahora, Danczuk tiene además que defenderse de una acusación de violación y de fraude fiscal. Él dice que son acusaciones maliciosas y que hay quien critica su vida íntima por ser "algo colorista". Pero ya lo decíamos: en un país conservador como Gran Bretaña, la carrera política de Danczuk no parece tener mucho futuro.