Abusos sexuales en la adolescencia, el suicidio de un tío, un abuelo omnipresente, secuestro de una abuela, ruptura con la madre… ¿Qué pasos hay que dar para nacer en una de las familias más poderosas del mundo, trabajar para Henry Kissinger, para Ferrari, para Masserati, y terminar detenido tras pasar colocado durante más de tres días en una habitación de hotel con una prostituta? Eso sólo lo sabe Lapo Elkann (39), nieto de Gianni Agnelli. Aunque su vida no se puede entender sin conocer la historia de su familia.
Su abuelo, el alma máter de Fiat hasta su muerte en 2003, a los 81 años, no vio la carrera de su nieto hacia una decadencia que parece haber tocado fondo. Ha sido esta semana cuando la policía de Nueva York arrestaba a Elkann por haber simulado su secuestro. Llevaba tres días encerrado en una habitación del hotel The Mark, en la calle 77 de Manhattan, con una prostituta transexual, entregado a la cocaína, la marihuana y el alcohol. El magnate (o ex magnate) llamó a su familia para pedirles 10.000 dólares, dinero que debía de servir para pagar su rescate.
Nada de eso era cierto, lo único que de verdad sucedió es que Eklann se había quedado sin blanca (nunca mejor dicho), después de consumir todo su dinero en excesos. El 27 de enero deberá comparecer ante el juez por "denuncia de falso secuestro", un delito por el que podría caerle una pena de dos a diez años, según informaba esta semana Il Corriere.
La noticia cayó como agua helada sobre la familia y los amigos de Elkann. Incluso su ex novia, la modelo alemana Shermine Shahrivar (34), de quien se separó el pasadp verano, le dedicó un post en Instagram: "Hasta que no estás roto no sabes de qué estás hecho. Te da habilidad para reconstruirte, pero más fuerte que nunca".
ABUSOS EN LOS JESUITAS
Atraído por el escándalo, ha vivido siempre al límite de la provocación. En una sorprendente entrevista, concedida al Fatto Quitidiano también en 2013, denunciaba que había sido víctima de abusos sexuales en el colegio de los jesuitas al que lo llevaron porque tenía problemas de aprendizaje debidos a una dislexia.
Así lo relató: "Cuando cumplí los 13 años viví cosas dolorosas que después me han creado grandes dificultades en la vida. Cosas que me han pasado a mí y a otros chicos. Hablo de abusos físicos. Sexuales. Me sucedió a mí, lo sufrí. Ostras personas que han vivido cosas parecidas no han podido afrontarlas. Mi mejor amigo, que estuvo en el mismo colegio durante 10 años y vivió lo mismo que yo, se mató hace un año y medio". No es el único suicidio al que ha tenido que enfrentarse: su único tío, Edouardo, se quitó la vida en 2009.
En esa misma entrevista, que en aquel momento dio la vuelta al mundo, Elkann hablaba de todo, incluso de la potente influencia que ejercía su abuelo sobre los nietos. "Yo quería sería como él, hasta que me di cuenta de que debía ser yo mismo". Y parece que de su abuelo, conocido en Italia como Il Avvocato (El abogado), sólo ha heredado un porte elegante. Porque no es la primera vez que aparece en la sección de sucesos de los papeles.
TRES DÍAS EN COMA
Hace 11 años que muchos pensaron que Lapo había tocado fondo; se equivocaban. El 10 de octubre de 2005, Eklann apareció desnudo e inconsciente en Turín, en el apartamento de Donato Broco, una prostituta transexual de 53 años conocida como Patricia. Los servicios sanitarios lo trasladaron al hospital, donde permaneció en coma tres días. La policía le investigó por consumo de cocaína y de prostitución.
Espantado por lo sucedido, Elkann internó en un centro de rehabilitación del estado de Nueva York y todo parecía indicar que la pesadilla había terminado. No había vuelto a aparecer en la crónica negras hasta 2013, cuando fue víctima de un robo en Uruguay. Según dijo, le habían sustraído unos 100.000 euros mientras estaba de vacaciones con su novia de la época, Goga Askhenazi (36), multimillonaria rusa.
Diez años han pasado pues entre un suceso y otro y nada parecía indicar que la dependencia le rondaba la mente. Antes de caer en las drogas había sido asistente personal de Henry Kissinger (en 2001), íntimo amigo de la familia Agnelli. Fue también encargado de marketing de Ferrari y Maserati, y director de Marketing de Fiat (2003). Dos años después de la muerte de su abuelo, Elkann pasaba uno de los momentos más duros de su vida con una dependencia que le llevaba al coma.
IT-BOY
Entonces decidió abandonar Fiat -la compañía cuenta con 151.100 millones de ingresos y 301.441 empleados, según Forbes- y dedicarse a sus propios negocios. Su novia de aquellos días era la actriz Marina Stella (32), de la que ha dicho que es la única a la que ha amado. Fue como el resurgir del ave Fénix. Creó la marca Italia Independent, especializada en ropa y estilos de vida, y se convirtió en un referente del savoire faire. En 2007 sumó a su empresa la compañía Independent Ideas, una agencia de comunicación y publicidad.
Todo marchaba según lo previsto en alguien nacido en alta cuna. La revista Vanity Fair lo nombra uno de los hombres mejor vestidos del mundo en años consecutivos y hasta el Wall Street Journal le dedica algunas páginas para hablar del éxito del Made in Italy. En 2011 firmaba para Gucci de la mano de Frida Giannini, la directora creativa, y se encargó de la Edición Especial de Gucci para el Fiat 500. También fichó para Ferrari, donde desarrolló la marca Ferrari Tailor Made. Tras esta buena estela, en 2013 su compañía entraba en bolsa y cotizaba en el mercado de divisas de Milán. Hasta llegar a hoy, un punto y aparte.
Un viaje al infierno
"Hola a todos. Hoy viajo al extranjero, para visitar muchísimos países porque hay muchas muchas ideas que os mostraré a todos muy pronto. [..] Visitaré muchas partes de Estados Unidos y también Asia". Así presentaba en las redes sociales el proyecto que emprendía hace tan solo una semana. Vestido de traje y chaqueta cruzada color burdeos, con una camisa oscura, la tez bronceada y una voz grave, el nieto de Agnelli terminaba su mensaje: "Pasad un buen día. Nos vemos pronto". Y tan pronto. Su viaje, que debía servir para lograr más sueños, ha terminado convertido en pesadilla.
Elkann ha vuelto a jugar con su vida en la ciudad en la que nació, Nueva York. Es hijo de la condesa Margherita Agnelli (60) y el escritor y periodista italoamericano Alain Elkann (66), a quien se parece mucho físicamente. Antes de divorciarse, la pareja tuvo tres hijos: John (40), actual presidente de Fiat y CEO de Exor, compañía de inversiones propietaria, entre otras cosas, del Juventus FC. Y Ginevra (37), que vive apartada de la familia. Margherita tuvo después otros cinco hijos fruto de su segundo matrimonio con el conde ruso Sergio de Pahlen: Maria, Pierre, Sophia, Anna y Tatiana.
OBRERO EN PIAGGIO
El mediano de los tres hermanos estudió en París y en Londres, siempre mostró interés por la tecnología, por las nuevas tendencias y por el estilo -"que no la moda", suele puntualizar- y ha logrado ser un referente internacional de elegancia. De su carácter extravagante da cuenta desde joven. Con 18 años se puso a trabajar en la cadena de montaje de la Piaggo bajo nombre falso, Lapo Rossi, y llegó incluso a adherirse a los sindicatos por la lucha laboral.
Ese gamberrismo que ha llevado al extremo le acompañó también de niño. De pequeño, según él mismo recuerda, pasaba los veranos en Villar Perosa, una finca familiar, con sus hermanos y sus primos. Y por las noches, cuando el resto dormía, él se dedicaba a meterles pasta de dientes en las orejas.
De formación elitista, dicen en Italia que habla mejor español, francés, inglés y portugués que el propio italiano. Y eso que su objetivo siempre ha sido vivir en el país de la familia de su madre. Con su madre no se habla desde la muerte de su abuelo.
SU MADRE DISPUTA LA HERENCIA
Margherita Agnelli denunció a su madre y a los manos derecha de su padre ante los tribunales por el reparto de la herencia -perdió el juicio- lo que también rompió su relación con sus tres hijos mayores. Así habla Lapo de su abuela materna: "Para mí serás siemrpe una mujer única y la mujer más importante, increíblemente fuerte, positiva, dulce y presente siempre en mi vida".
El hermano mayor de los Agnelli es John, actual presidente de Fiat, un hombre de vida tradicional, casado con Lavinia Borromeo (hermanastra de Beatrice, esposa de Pierre Casiragu), con quien tiene dos hijos. Una familia a la que se puede ver en verano en Portofino y en invierno en Los Alpes.
La hermana, Ginevra, vive apartado de los escándalos y se reencontró con su madre hace unos años. Es la única con la que se habla. Ginevra, artista y cineasta,rechaza hablar de su familia de la que sólo ha llegado a decir que "más que para una película, da para un serial completo, estilo Downtown Abbey".
Acaso la vida de Lapo esté ahora más cerca de la de Walter White, el protagonista de Breaking Bad, una serie sobre el mundo de la droga alejada del chic de la aristocracia. Nada frena a Lapo Elkann, ni en lo bueno ni en lo malo. Dentro de menos de dos meses deberá comparecer ante un juez para contar cómo se le ocurrió inventar su propio secuestro.
Lo que quizás no sepa el juez es que su abuela Carla Ovazza, la madre de Alain Elkann, fue secuestrada un año de que él naciera. Tiene razón Ginevra Elkann, esto da para un serial con bastantes temporadas.