"Britney Spears ha muerto por accidente. Les diremos más en breve". Este escueto y contundente mensaje ha hecho saltar hoy todas las alarmas. La cuenta oficial de Twitter de Sony Music amanecía con el fallecimiento de la popular cantante, quien al poco tiempo se convertía en trending topic. Afortunadamente todo se ha tratado de un hackeo acompañado de una broma de mal gusto.

Los tuits ya han sido borrados y la intérprete de éxitos como Baby one more time está en perfectas condiciones. De hecho, hace unas horas ha publicado un vídeo en su cuenta de Instagram en el que aparecen sus hijos disfrazados de militares disfrutando de un día de gymkana.

Ni la propia artista ni la discográfica han hecho comentarios al respecto. Los que sí se han pronunciado han sido los miles de seguidores de Britney Spears, que pedían calma en las redes sociales. Su diva seguía viva. También están los que han hecho chistes con el asunto y han alabado la rapidez de la estrella de la música para resucitar en menos de una.

Cuando sí estuvo a punto de morir fue este verano. Ocurrió en Hawai. Lo que comenzó como unas vacaciones tranquilas en las que desconectar y relajarse, terminó con un susto que aún tiene en el cuerpo. "Fui al mar. Me pareció que era como una piscina de olas. Era un momento agradable y refrescante, muy hermoso. Pero lo que no pensé es que las olas rompían con mucha fuerza. Cuando quise regresar a la orilla el fuerte oleaje me arrastró", relató la protagonista de la historia durante una entrevista concedida a la BBC Radio 1. En ese momento, las olas, de más de dos metros, la arrastraron hacia el interior del océano. "Me succionó hacia el fondo durante casi cinco minutos. Estaba ahogándome. Y sólo pensaba '¿me van a dejar morir aquí?' Entonces me encontré con otra ola que me llevó al fondo".

Lo que pudo haber terminado en tragedia afortunadamente tuvo un final feliz. Como ahora que todo ha quedado en una anécdota.