Desde que su padre se convirtiera en el nuevo presidente de los Estados Unidos el pasado 20 de enero, no han cesado las mofas dirigidas a Barron Trump, el pequeño de la familia. Con tan sólo 10 años ya ha sufrido en sus propias carnes lo que significa estar en el punto de mira. Y sólo por haber cometido el pecado de ser hijo de quien es. Los continuos bostezos y el aparente aburrimiento del menor durante los discursos de Donald Trump (70 años) han sido objeto de burlas desde que el magnate decidiera comenzar su carrera a la Casa Blanca. El punto álgido de las críticas llegó este fin de semana en el programa Saturday Nigth Live de la cadena NBC, cuando un guionista publicó el siguiente tuit: "Barron será el primer francotirador del país que recibe educación en casa".

El hijo pequeño de los Trump bostezando durante la toma posesión de su padre. Gtres

El comentario desató miles de mensajes, ya que muchos usuarios consideraron que no era de recibo excederse de esa manera con un menor. La responsable del tuit tuvo que pedir perdón y la cadena la ha despedido, según medios locales. Pero la polémica ya está en la calle. ¿Es justo o no poner a un niño de 10 años en el centro del foco mediático y atacarle de esta manera? Para Chelsea Clinton (36), la hija de Hillary (69) y Bill Clinton (70), la respuesta es no. La joven ha salido en defensa de Barron y ha asegurado que hay que defender a todos los niños. Eso sí, en el mismo mensaje ha lanzado una dardo envenenado a Donald Trump: "Defender a todos los niños también significa oponerse a las políticas del presidente que hieren a los niños".

Miles de personas anónimas también se han manifestado a favor de Barron y han compartido más de un millón de veces una publicación de Facebook que reclama que ningún menor debe ser tratado así. Precisamente este martes la Casa Blanca emitía un comunicado que justifica la decisión de que Melania (46), la esposa del presidente, y su hijo Barron no vayan a vivir, de momento, en la residencia presidencial. El breve documento habla de una "larga tradición de que a los hijos de los presidentes se les brinde la oportunidad de crecer fuera del foco político. La Casa Blanca espera que esta tradición continúe".

Melania Trump junto a su hijo Barron en el cine. Gtres

El fin de sus progenitores siempre ha sido protegerle y no exponerle a la opinión pública en la medida de los posible. Por eso, su papel durante la campaña electoral de su padre ha sido mínima en comparación con la del resto de sus hermanos. Sí ha estado presente en los momentos claves como en el discurso de la victoria de Donald Trump y en la toma de posesión de su padre como el nuevo presidente de los Estados Unidos. De hecho, en esta última ocasión adquirió mayor protagonismo que otras veces. Paseó en primera línea con sus padres por la avenida de Pensilvania saludando a todos los simpatizantes de Trump y estuvo en la fila uno durante la toma de posesión.

UN CLON DE SU PADRE

Barron es la viva imagen de su padre, al menos en cuanto a gustos se refiere. El pequeño ha heredado, por ejemplo, su afición por el golf. Cuando la agenda se lo permite a Donald Trump, padre e hijo suelen escaparse a uno de los campos que tiene el magnate para disfrutar de este deporte juntos. Los aviones y los helicópteros también están entre sus hobbies preferidos y ha hecho sus pinitos en televisión como su progenitor. En 2014, con tan sólo ocho años, apareció en el último episodio de la serie El Aprendiz. Su madre cuenta que la personalidad también la heredado de Trump. Quizás sea ese el motivo por el que que Barron imita su padre en forma de vestir y en algunos gestos como el dedo levantando haciendo la señal de 'OK', que no paró de repetir durante la investidura.

Barron con su padre Donald Trump en la toma de posesión como nuevo presidente de los Estados Unidos. Gtres

Su madre en cambio le ha enseñado a cuidar su aspecto físico con cremas y ‘potingues’ de caviar fabricados por la marca de cosmética que Melania posee.

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