La corta vida de Paris Jackson (18 años) ya está repleta de oscuros episodios que su protagonista quisiera borrar. La muerte de su padre, una violación en plena adolescencia y varios intentos de suicidio forman parte del diario de vida de la jovencísima modelo.
La hija de Michael Jackson ha concedido una entrevista a la revista estadounidense Rolling Stones en la que ha narrado sus experiencias más personales con el Rey del Pop y en la que ha dejado titulares de gran polémica. Una de las afirmaciones que más ha revolucionado a los fans de su padre es la que hace referencia a que el cantante de Thriller fue asesinado. "Estoy convencida. Sé que suena a teoría conspirativa, pero sus seguidores y su familia sabemos que todo fue un engaño. Quiero vengarme, pero esto es como el ajedrez y voy a intentar jugar mi partida de la mejor manera posible. Eso es todo lo que puedo decir ahora", explica con cierto misterio Paris.
La muerte de Michael fue un punto de inflexión en la vida de la joven, que hasta entonces hacía su vida como una niña más que disfrutaba de su padre porque desconocía su fama: "Para nosotros era papá, no sabíamos quién era". Cuando el cantante falleció, el estado de ánimo de Paris dio un vuelco. De vivir una infancia feliz se metió de golpe en un círculo vicioso de inseguridades, drogas y una fuerte depresión que le llevaron a querer quitarse la vida en varias ocasiones: "Veía que nada me salía bien, que no sabía hacer las cosas correctamente y no merecía seguir viviendo", cuenta la maniquí en la publicación musical.
De esa mala época aún tiene cicatrices en los brazos debido a los cortes que se hacía para autolesionarse. En gran parte, por ese motivo tiene 50 tatuajes, que le tapan las heridas de aquel momento. Nueve de sus tattoos son en homenaje a su padre, aunque también tiene otros en honor a algunos de sus ídolos como John Lennon, David Bowie o Prince.
Pero lo que no se sabía hasta hoy es que Paris fue violada a los 14 años por un desconocido: "No quiero dar demasiados detalles. No fue una buena experiencia, fue muy duro para mí, nunca antes lo había contado". Este hecho fue lo que agravó sus traumas y por lo que años después decidió ingresar en un conocido centro sanitario de Utah. Estuvo yendo a terapia más de un año y gracias a eso "ahora soy una persona totalmente diferente".
Pasa su día a día al lado del batería Michael Snobby (26), su novio desde hace años, y actualmente ambos conviven en la ciudad francesa de París porque la joven ha debutado como modelo para la firma Chanel. Pese a que podría permitirse no trabajar, ya que el sello de la familia Jackson está valorado en más de un billón de dólares, ella siempre ha querido ganarse su propio dinero y lo está haciendo como maniquí.
En la portada de Rolling Stones posa como una auténtica modelo. Con su pelo rubio, esos ojos verdes y la piel blanca, pocos dirían que desciende de afroamericanos. "La gente me confunde de raza porque soy mestiza", pero su tez de porcelana no le hace olvidar de donde viene: "Me imagino a mi padre señalándome con el dedo desde arriba y diciendo: eres negra, vive como tal y enorgullécete de tus raíces".
'Convive' con su padre
Aunque ahora pasará una temporada en Francia, su residencia está en Manhattan (Nueva York, EEUU). Concretamente, vive en el estudio en el que su padre grabó parte del videoclip de la canción Beat It. Los rincones están repletos de recuerdos de Michael, pero también tiene un póster de Kurt Cobain en el baño y discos de vinilo colgando de las paredes.
Paris afirma que su padre le visita a menudo en sus sueños y que "le siento todo el tiempo conmigo". De hecho, lleva una pulsera que el cantante llevaba consigo en el momento de su muerte. La niñera se la quitó al ya cadáver de Michael y se la dio a ella, "todavía huele a él", afirma.
Sigue muy unida al recuerdo de su padre y sigue insistiendo en la frase que dijo en su funeral: "Desde que nací mi padre fue el mejor padre que podríais imaginar, y le quiero muchísimo", dijo en el último adiós multitudinario al cantante en 2009. Por ese motivo, una vez creció y se dio cuenta de la polémica que estalló en 2005 y envolvió a su padre en abusos a menores, entendió por qué Michael decidió dejar Neverland y volar por el mundo de un lado a otro.
Una infancia de 'cuento de hadas'
Y es que Neverland era el sueño de los niños hecho realidad. Tenía parque de atracciones, zoo e incluso teatro infantil en los 2.700 metros cuadrados de parcela que tenía el paraíso de los Jackson. Allí se divertían, pero también aprendían, ya que el cantante les dio la opción de estudiar en el colegio o desde casa, y la respuesta de los niños fue unánime: en casa y con su padre. "Nos enseñó sobre todo a cocinar, su pollo frito era el mejor del mundo y también me enseñó a hacer un pastel de patata dulce delicioso", recuerda la única hija de Michael.
"Mi padre me educó con una mentalidad muy abierta", declara en esa misma entrevista. Algo que no pudo hacer su madre porque no la conoció hasta el fallecimiento del Rey del Pop. "Cuando era pequeña no tenía madre, le pregunté a mi padre si tenía madre y me dijo que sí. Entonces le pregunté que cómo se llamaba y me dijo Debbie, y pensé: 'OK, pues ya sé su nombre' y no me preocupé más", comenta en el medio americano. Cuando murió Michael decidió contactar con ella de manera online y solo cuando se vio en su peor momento vital, ingresada en el centro de desintoxicación de Utah, quiso conocerla en persona. "Allí me di cuenta de que necesitaba una figura materna", explica.
Sin embargo, aunque ahora tenga contacto con su madre y aunque sea independiente y haya encaminado su futuro, nunca olvidará a su padre porque creció en Neverland, donde Michael Jackson quería ser Peter Pan y ella siempre fue su pequeña Campanilla.