De blanco, su color fetiche, y sentada enrollando unas joyas de miles de dólares en un tenedor como si se tratase de pasta al dente. Así es como aparece Melania Trump (46 años) en el último número de Vanity Fair México, en una portada periodísticamente notable. Las imágenes tomadas por Douglas Friedman reflejan ese lujo que rodea a la mujer del nuevo presidente de los Estados Unidos Donald Trump (70). La primera dama protagoniza un amplio reportaje donde relata su pasado familiar, las tácticas para lidiar con su marido y cómo planea ser la nueva Jackie Kennedy.
Tanto la portada como el contenido en las páginas interiores ha indignado a los mexicanos. Su publicación llegó solamente dos días después de que Donald Trump diera la orden para la construcción del muro en la frontera que divide a los dos países. Y eso ha provocado una mayor convulsión en las calles.
Las consecuencias de llevar a Melania Trump no terminan con la polémica suscitada entre los habitantes del país azteca. Según publica el medio mexicano El Debate, la directora de Vanity Fair, la periodista Lourdes Garzón, también responsable de la edición en España, ha vivido un episodio desagradable a raíz de esta portada. Alguien, que no era ella, publicó en Twitter hace unos días un mensaje desde su cuenta asegurando que los mexicanos eran unos "llorones".
Desde el equipo editorial de la revista se han visto obligados a desmentir el mensaje en la red social: "Desmentimos de manera categórica la autoría imputada al equipo editorial de la revista, sobre los ofensivos mensajes que se publicaron en redes sociales con un tono irrespetuoso en referencia a la portada de Melania Trump de febrero 2017. Esta mañana, ejecutivos de Twitter han confirmado que los mensajes son ilegítimos y se están llevando a cabo las acciones necesarias para eliminarlos por completo. Entendemos el complicado momento que ha coincidido con la aparición de nuestra portada, pero nuestra intención no es más que aportar, como siempre, un punto de vista independiente y crítico sobre la actualidad y los personajes que la protagonizan".
En la entrevista telefónica, Melania desvela detalles desconocidos hasta ahora. A ella la idea de que su marido se haya convertido en uno de los grande mandatarios del mundo nunca le ha entusiasmo. "Cuando tratamos el tema yo le dije que tenía que estar convencido, saber que quería hacerlo, porque te cambia la vida", aseguró en Vanity Fair. La de ella también lo ha hecho, aunque afirma que nadie la controla. "Viajo con mi marido cuando sé que puedo ir y sé que no pasa nada si mi hijo se queda unos días solo con la servidumbre", explica, a la vez que define a su esposo como un hombre muy comprensivo: "Si le digo: 'Necesito una hora, me voy a dar un baño', o si me dan un masaje, no se opone. En ese sentido, me apoya mucho".
Melania también ha aprovechado para declararse en contra de las cirugías estéticas en el rostro: "Rechazo el bótox y las inyecciones, creo que son perjudiciales para la cara y los nervios. Todo es mío". Lo que no niega es su afición por las compras aunque confiesa que prefiere "la calidad a la cantidad". La frivolidad de su posado más este tipo de declaraciones no solo han enfadado a los mexicanos. El resto del mundo también se ha quedado boquiabierto. Esta portada marca el inicio de Melania Trump como primera dama.