"¿Porno? Es parte de la vida". En campaña electoral toca hablar de todo y Emmanuel Macron (39), candidato liberal, no duda en entrar al trapo en cualquier cuestión. Lo del porno lo dijo hace un par de días y ha puesto salsa a la política francesa.
Parte como favorito, con el perdón de Marie Le Pen (48), a la presidencia de Francia por lo que se ha convertido en el objetivo de la prensa. Consciente de la importancia que tienen los medios para lograr que un personaje sea conocido y querido, el candidato al Elíseo, se prodiga en público y contesta casi todo. Una de las últimas entrevistas que ha concedido el socialista ha dado que hablar más de la cuenta. Ha sido un encuentro casual con la web Konbini, donde bajo la fórmula hashtag le preguntaron sobre todo. "Porno? Bueno… es algo que forma parte de la vida". Y la frase ha dado la vuelta a Francia y así sigue, dando de qué hablar.
Pero no solo por esta frase. El candidato independiente de centro ha tenido que salir al paso de los rumores que dicen que tiene una relación homosexual con un alto cargo de Radio Francia, Mathie Gallet. "Si han dicho que mantengo una doble vida con Mr Gallet esto es porque mi holograma ha escapado", dijo Macron a sus seguidores en un acto. Su portavoz ha descrito esta frase como "una clara negación de los rumores sobre su vida privada".
Y es que la vida de este exbanquero y exministro de Economía de François Hollande tiene embelesados a los franceses. Casado desde 2007 con su profesora de instituto, una mujer 20 años mayor que él, sus movimientos se siguen con lupa. En la citada entrevista, su mujer aparece continuamente.
Todo lo que tenga que ver con el matrimonio despierta un interés especial. Y eso que en Francia no van faltos de escándalos presidenciales. Tuvieron a Nicolas Sarkozy, a quien abandonó su mujer y él se desquitó con la top model y cantante Carla Bruni. No olvidemos a François Hollande, que tras varios escándalos con su primera (Ségolène Royal), segunda (Valérie Trierweiler) y tercera pareja (Julie Gayet), decidió pasar sus últimos días en el Elíseo en la soledad del soltero (eso dicen). Son los casos más recientes, porque ni Mitterand ni Chirac se salvan de los líos amorosos. Parece que Macron es quien tiene una vida íntima más tranquila, pero que sea con una mujer que abandonó a su familia para casarse con su alumno es algo que no deja de ser suculento.
Brigitte Trogneux (57) daba clase en el liceo jesuita La Providence de Amiens y tenía una vida tranquila con su marido y sus tres hijos. El candidato a presidir la República Francesa era su alumno, un estudiante brillante que leía poemas en voz alta en las clases de la profesora Trogneux. Tenía 17 años cuando enamoró a la maestra, que tenía entonces 36.
"Hagan lo que hagan me casaré contigo", le dijo él, directo y decidido. Lo contó la propia madame Macron en una entrevista en Paris Match: "Al final el amor lo arrasó todo y terminé divorciándome de mi marido. No pude evitarlo. Mis padres, ya mayores, no se lo tomaron muy bien, pero para mí no era un problema la diferencia de edad. Lo más importante eran mis hijos, que lo aceptaron sin problema. El resto es escoria". Ha sido la última vez que Trogneux ha dado una entrevista. Su marido lamentó que apareciera. "Mi esposa ha cometido un error hablando con Paris Match", dijo él, por lo que se acabaron los encuentros con la prensa.
Supieron desde el primer momento que serían pasto de las críticas, sobre todo de la sociedad más conservadora, pero siguieron adelante. Se casaron a los pocos años de conocerse, en 2007, en Touquet, y compartieron su vida con los tres hijos de ella.
Sébastien, Laurence y Tiphaine, ingeniero, cardiólogo y abogada, respectivamente, son los hijos de Trogneux y su primer marido, André-Louis Auzière, banquero. Ahora, ya adultos, los hijos de Trogneux han tenido siete hijos, a quienes Macron trata como a sus propios nietos.
Todos juntos pasan fines de semana en Touquet, donde el matrimonio tiene una bonita casa. Allí dan largos paseos con Figaro, su perro, al que llaman Fifi, juegan al tenis (Macron es un gran deportista), leen y escuchan cómo el candidato toca el piano (le apodan el Mozart del Eliseo).
La carrera hacia el Elíseo acaba de empezar y ya sabemos hasta el apodo del perro de Emmanuel Macron. Habrá más, que nadie lo dude, mucho más.