Michael Bloomberg (75 años) fue capaz de gobernar durante 11 años el estado de Nueva York. Sin embargo, no ha sido capaz de gestionar el caos que se ha desatado en su mansión ubicada en los Hamptons. Todo un escándalo sexual que implica de forma indirecta al político y que se ha complicado después de que una exempleada doméstica llamada Nelly Amaya presentara una denuncia contra los administradores del inmueble.
El germen del conflicto hay que buscarlo en el propio testimonio de la extrabajadora, que asegura que los encargados del mantenimiento de la mansión mantenían premeditados encuentros sexuales de forma desenfrenada por toda la casa y después amenazaban a los empleados para que no dijeran una palabra.
Cuando esta mujer, nacida en Ecuador, les descubrió gracias a una compañera que le advirtió de que tuviera cuidado al entrar en las habitaciones, la administradora le amenazó para que guardara silencio. "Si van a recursos humanos, ya verán cómo el señor B [se refería a Michael Bloomberg] les da una patada en el trasero", asegura Amaya que le dijo, tal y como figura denuncia, de la que se ha hecho eco The New York Post.
La mujer relata, además, que la pareja de administradores comenzó a compartir con los demás sus relaciones sexuales "en la sala de billar, en el sótano, junto a la lavandería..." y a ampliar sus encuentros en orgías, en las que al parecer habría participado un menor de edad.
Tras descubrirlo y no querer ser testigo de los relatos de las aventuras de la pareja, trató de huir, pero se cayó por las escaleras, lo que le provocó diversas heridas y lesiones en la cabeza y la espalda. De ahí que Nelly Amaya haya demandado a la empresa administradora también por daños y reclame para sí una indemnización cuya cifra aún no ha trascendido.
Aunque la denuncia no va dirigida directamente contra Michael Bloomberg, cuya fortuna asciende a más de 46.000 millones de dólares (unos 43.000 millones de euros) según Forbes, el exalcalde de Nueva York se ha visto implicado en este escándalo de tintes sexuales por culpa de los administradores de su casoplón, una vivienda que ocupa una superficie de más de 2.000 metros cuadrados y está valorada en 20 millones de dólares (18,5 millones de euros).
De hecho, la demandante se refiere al propietario de la casa, que más de una vez se ha postulado como un serio aspirante a la Casa Blanca, como "un buen jefe" y "realmente respetuoso".