El 7 de noviembre de 1974 la niñera de Richard John Bingham y Veronica Duncan (80 años), Lord y Lady Lucan, apareció muerta en el sótano de la casa familiar rodeada de un charco de sangre. Horas después del suceso, el aristócrata huyó en un coche prestado a la casa de un amigo. Lo hace sin documentación, dinero ni llaves. Tras dejar una nota y hacer un par de llamadas a su madre, el séptimo conde Lucan desapareció para siempre.
Parece el argumento de una película de Alfred Hitchcock, pero es una historia real que, eso sí, en los próximos días tomará forma de documental gracias a la cadena británica ITV. Lord Lucan: my husband, the truth relatará el que se ha convertido en uno de los crímenes que más ha conmocionado a Reino Unido y contará para ello con un testimonio vital: el de Lady Lucan, que revelará datos hasta ahora desconocidos acerca de su matrimonio y del asesinato.
Ella siempre ha mantenido su versión de la historia: aquella noche, estaba en casa con sus tres hijos y la niñera, Sandra Rivett. Ésta bajó al sótano a preparar un té. Al ver que no subía, Lady Lucan fue a su encuentro y lo que halló fue el cadáver de Rivett. En ese momento, alguien le golpeó en la cabeza, pero ella logró darle en la entrepierna y consiguió huir. Según la versión de los forenses, el asesino era su marido, Richard John Bingham, que había confundido a la niñera con la señora de la casa y lady.
En aquel momento el matrimonio ya estaba separado y pugnaba por la vivienda familiar y por la custodia de los tres hijos. El lord, aficionado a la bebida, había hecho fortuna gracias al juego, pero las deudas le comían. Lady Lucan, por su parte, era una mujer depresiva y medicada. Su relación hacía tiempo que había hecho aguas pero Lady Lucan nunca imaginó que terminaría en tragedia. "Lamento profundamente que mi matrimonio haya causado la muerte de Sandra", revela en el documental.
Veronica Duncan mantiene que su marido se suicidó tras el crimen. Es una de las numerosas versiones que circulan sobre la desaparición de Lord Lucan: que si se lanzó a las hélices de un ferry en Francia, que si viajó a África, que si se hizo granjero en Australia... la leyenda se ha creado a lo largo de más de 40 años, los que pasaron desde que el aristócrata desapareció hasta que los tribunales le dieron por muerto definitivamente en 2015 y su hijo George (49), que entonces tenía 7 años, pudo heredar su título.
En la actualidad, Lady Lucan no mantiene ningún contacto con sus tres hijos. A ellos no les ha hecho ni pizca de gracia que su madre airee los trapos sucios en televisión. De hecho, llevan años sin mantener el contacto. Poco después de celebrarse el juicio por el asesinato de Sandra Rivett, en 1975, Veronica Duncan ingresó en un psiquiátrico y perdió la custodia de sus vástagos.
Estos mantienen que su padre es inocente y se suicidó por las presiones y por la guerra abierta del matrimonio a cuenta de la custodia. La versión es similar a la que en su día contó el propio Lord Lucan: que había oído gritar a su mujer, entró a defenderla y eso le valió para que ella le acusara de intentar matarla. De ahí que huyera. Lo que omitió el aristócrata es que en el coche en el que escapó había una tubería -fue precisamente ese el objeto con el que se golpeó a la niñera-, así como numerosos restos de sangre y tejido.
En el documental, Veronica Duncan desvelará también escabrosos detalles de su matrimonio con el conde, como que solía golpearle el trasero con un bastón justo antes de mantener relaciones sexuales. "Podía golpearme muy duro. Debía de disfrutar con ello porque después de las palizas teníamos relaciones", asegura Lady Lucan en la que constituye su primera entrevista para la televisión.