Natalia Vodianova (36 años) ha sido la encargada, junto a Iker Casillas (37), de inaugurar el encuentro deportivo del año: la Copa del Mundial Rusia 2018. La modelo y el portero se adentraron en el césped del estadio Luzhniki para presentar el preciado trofeo, y lo que más llamó la atención fue la extrema delgadez de ella.
La súpermodelo escogió para esta ocasión un traje en color blanco con tela fluida. En la parte superior una blusa con un nudo en la parte central con un pronunciado escote de pico en el que se podían observar las costillas profundamente marcadas.
Completó el outfit con un pantalón de tiro alto con la pernera cortada, unos tacones de la misma tonalidad y un maquillaje natural que resaltaba sus labios y ojos.
En el sector de la moda la joven es conocida como Supernova, y pasó de tener una infancia muy pobre a ser una auténtica estrella en las pasarelas. Durante su juventud vendía frutas en la calle junto a su madre, trabajo al que recurrían para llegar a fin de mes.
Pero su belleza natural conseguiría cambiar su suerte. Tras mucho esfuerzo, la joven rusa ingresó en una agencia de modelos de su ciudad natal, en la que estuvo trabajando duro hasta que la empresa Viva Models, de París, se fijó en ella por su belleza natural.
A partir de entonces pasó a trabajar con grandes diseñadores como Mario Testion o Steven Meisel, y protagonizó portadas de revistas de la talla de Vanity Fair y Cosmopolitan.
"La gente de Rusia está muy emocionada por dar la bienvenida a la Copa Mundial de la FIFA. Me enorgullece representar a mi país hoy y saber el sueño que representa el Trofeo Original de la Copa Mundial de la FIFA", reconoció Natalia Vodianova.
Natalia está casada con Antoine Arnault (41), heredero del imperio del lujo LVMH que dirige firmas de gran relevancia en el mundo de la moda como Louis Vuitton, Dior, Givenchy, Fendi o Loewe, entre otros. Juntos tienen dos hijos: Roman y Maxim Arnault.