Sean Connery falleció el pasado sábado a los 90 años de edad, rodeado de su familia, mientras dormía en su casa en Nassau, Bahamas. Aunque llevaba 17 años apartado de la gran pantalla, se trata de una gran pérdida para la industria del cine, en la que se consagró tras dar vida al célebre agente 007, apareciendo en un total de siete películas de la saga de James Bond. La última, Never Say Never Again, rodada en la ciudad de Niza. Algunas escenas, en concreto, en una lujosa mansión propiedad del actor en las décadas de los 80 y 90, que ahora está a la venta por 28 millones de euros.
El intérprete adquirió esta vivienda, que se encuentra a las afueras de Niza y es conocida como La Roc Fleuri, después de su matrimonio en 1970 con la pintora Micheline Roquebrune (91 años). Allí, la pareja de recién casados vivió alrededor de 12 años.
Se trata de una villa construida en 1920, del estilo de La Belle Époque, de seis plantas, 1.000 metros cuadrados y 5.000 metros cuadrados de jardines y terrazas con espectacular vista infinita al mar mediterráneo. El espacio exterior, reformado recientemente, destaca por sus enormes muros de piedra y arbustos, que se superponen sobre una carretera costera que atraviesa la ciudad francesa y que se puede apreciar desde la piscina al aire libre.
La vivienda se esconde detrás de imponentes puertas automáticas que brindan un acceso seguro y privado. Nada más entrar, el futuro propietario se encontrará con un camino de piedra rodeado de naturaleza que conduce hacia la villa principal. En el interior hay un vestíbulo que sirve de recepción y conduce a un amplio salón que destaca por su luminosidad, gracias a los ventanales de suelo a techo. En la misma planta se encuentra otro salón destinado para ver televisión y una cocina completamente equipada. En total, la vivienda cuenta con cinco dormitorios y cinco baños.
El dormitorio principal, al que se puede acceder por un ascensor, destaca entre los demás por sus grandes puertas de estilo francés que se abren a un balcón privado. Cuenta, además, con dos cuartos de baño y un vestidor.
El interior de la vivienda lo completan un gran comedor con ventanas hacia una de las terrazas, un gimnasio y una bodega. Además, una piscina cubierta con vista al mar y a los jardines de la propiedad, y un baño turco con duchas y vestuario. Por otro lado, en los terrenos se encuentran otras dos villas destinadas a los invitados. La primera, con dos dormitorios y dos salones, y la segunda, con otros dos dormitorios, un salón de estar y un comedor abierto. También, un apartamento independiente para el personal que trabaje en la propiedad.
Otro punto a favor de este lujoso complejo que fue propiedad de Sean Connery es su ubicación privilegiada. No solo por sus impresionantes vistas, sino también por su cercanía a otras ciudades de la Costa Azul, como Saint-Jean-Cap-Ferrat y Mónaco. Además, hacia el oeste se puede viajar hasta Saint Tropez y hacia el este hasta la Riviera italiana.
Esta propiedad se puso en venta hace cinco meses, pero todavía no cuenta con un nuevo propietario. La noticia sobre su oferta en un portal inmobiliario ha vuelto a la actualidad tras la muerte del que fuera su dueño hace unos años atrás, Sean Connery, quien no solo ha dejado un legado en la industria cinematográfica sino también en los rincones de Niza. Y es que, según algunos medios británicos, quienes hacen vida en la ciudad francesa todavía se refieren a esta vivienda como "el lugar de Sean".
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