Este lunes 6 de septiembre de 2021 ha fallecido el conocido actor francés Jean-Paul Belmondo a los 88 años de edad. Belmondo ha perdido la vida en su domicilio y su abogado ha dado algunos detalles de su muerte en las últimas horas: "Llevaba un tiempo muy cansado. Ha muerto en paz". Fue un carismático actor que se inició en el mundo del teatro y que saltó a la gran pantalla en la década de 1960, convirtiéndose en uno de los rostros más icónicos del cine galo.
No obstante, más allá de su carrera en el mundo del cine, Jean-Paul tuvo una vida personal y sentimental bastante agitada e intensa. Sus líos de faldas hicieron correr ríos de tinta en su época más boyante. Conocido por su pasión por las mujeres, el actor tuvo una convulsa vida amorosa. Las mujeres lo adoraban. Hizo fortuna su leyenda del "feo más atractivo del cine galo". Y entre sus brazos tuvo para sus más tórridas secuencias cinematográficas a estrellas como Gina Lollobrígida (94 años), Sofia Loren (86) o Brigitte Bardot (86), entre otras. También fuera de la escena protagonizó grandes amores y apasionados idilios.
La primera vez que se casó fue en 1953, contando 20 años tan solo. Ella era una bailarina llamada Elodie Constantin, que le dio tres hijos. Tras su separación, Belmondo mantuvo relaciones con actrices como Úrsula Andress (85) y Laura Antonelli. Su segunda esposa fue la actriz Nathalie Tardivel, con la que tuvo otro hijo antes de divorciarse en 2008. Ese año inició una relación con la exchica Playboy y modelo belga Barbara Gandolfi, lo que causó escándalo ya que ella era 42 años más joven que el actor.
En 2016 se publicó que Gandolfi había estafado supuestamente al actor. Barbara fue acusada junto a su exmarido, Frédéric Vanderwitt, de haber estafado 200.000 euros a Belmondo. La relación entre la exchica Playboy y el actor de À bout de souffle había saltado una y otra vez a los titulares en esos turbulentos años. En llamadas telefónicas con su exmarido, interceptadas por la policía, Gandolfi había reconocido que sólo le interesaba el dinero del actor.
Las escuchas de la policía se enmarcaban en un proceso de la justicia belga contra Gandolfi y su ex, dueño de varios clubs de alterne y del que se sospecha blanqueo de dinero, entre otros. Bébel, como se conoció en Francia a Belmondo, no se separó de Gandolfi pese a estas graves acusaciones, sino que la apoyó en su lucha contra la justicia. Posteriormente tuvo un affaire con la cantante de origen brasileño Carlos Sotto Mayor, con quien ya había tenido una relación décadas antes y que estuvo con él en sus últimos días.
Belmondo publicó sus memorias en 2016, bajo el título Mille vies valent mieux qu'une (Mil vidas valen más que una, en español). En ella abordó el infarto cerebral que sufrió en 2001. "Un golpe duro porque no podía casi decir lo que se me pasaba por la cabeza y hay que hablar para poder jugar", describió, evocando una situación difícil por la que Natty Tardivel se quedó a su lado para cuidar de él.
Ella se convertiría en su segunda esposa al año siguiente, pero después del nacimiento de la pequeña Stella y una mejora en la salud del galán, este prefirió buscar otros brazos cayendo en los de Gandolfi. No fue la única vez que Natty estuvo a su lado, apoyándolo incondicionalmente. En 1994 perdió a su hija Patricia (fruto de su primer matrimonio), víctima de un incendio. Patricia perdió la vida al arder su piso en el Barrio Latino de París, según anunciaron fuentes de la policía. Según los bomberos, el fuego se produjo en el dormitorio a las cinco de la madrugada y sólo pudieron rescatar el cuerpo de la mujer y el de un perro.
Y aunque no fuera un buen padre y apenas tuviera relaciones con sus descendientes, hay que decir que le afectó hondamente aquella tragedia. Natty estuvo a su lado, consolándolo. Y él, quiso recompensarla de alguna manera y qué mejor modo que convirtiéndola en su segunda esposa. Una de las últimas ocasiones en las que apareció en público fue en 2016 para recoger El León de Oro de Honor en el Festival de Venecia, a pesar de sus problemas de salud.
Allí, aseguró que solo mira hacia delante. "No pienso jamás en el pasado. Adelante, adelante, adelante", afirmó Belmondo, con gran dignidad y una enorme sonrisa frente a sus seguidores. Conocido como "el actor más feo del cine francés", supo explotar su nariz desviada -consecuencia de la práctica juvenil del boxeo- con una irresistible personalidad que le daba un tono seductor que marcó a toda una generación de admiradores. Fue quizás la estrella más popular de los años 60 y, sin embargo, nunca había buscado ese destino: "Quería ser payaso, siempre iba al circo. Fue solo eso lo que me gustó. Boxeo y circo", aseguraba.
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