Es la jefa de las entrenadoras, la que más sabe de este mundo sexual y vive al otro lado del charco, en Canadá. Entre tanto trasiego de formaciones y charlas, Nikki saca un rato para responder a las preguntas de EL ESPAÑOL a través de correo electrónico donde hablamos de su trabajo en el que gana mucho dinero.
Ser una cam girl es el arte de emitir una imagen de una persona que hace shows eróticos en directo en internet y que ganan dinero con ello. Y lo hacen desde el sofá de su casa o en su habitación, donde los espectadores pueden entrar a través de los chats en vivo con ellas y con otras personas mientras que ven el espectáculo, como así lo definen ellas. “Los espectadores muestran su aprecio por las chicas enviando propinas y peticiones”, dice Nikki.
Las cifras de la industria
El pasado mes de enero, PornHub publicó sus estadísticas respecto a 2015. Sólo en su página retransmitieron “75 GB de datos al segundo, lo que se traduce en suficiente porno como para llenar la capacidad de 175 millones de iPhones de 16GB”.
La industria de los vídeos eróticos en streaming gana un billón de dólares al año, según The New York Times, que cuenta aquí cómo funciona el negocio.
En la página donde trabaja Nikki, Cam4, reciben una media de 5 millones de visitantes al día conectados en directo desde todas las partes del mundo.
En esa empresa Nikki es la jefa de formación y desarrollo, o lo que es lo mismo, la entrenadora líder de la industria del porno. “Trabajo directamente con las chicas y las ayudo a conseguir más dinero y tener más visitas”, confirma. Además escribe toda la formación y lidera un equipo de formadoras que ayudan a las demás en todos los idiomas.
Ella, como otras chicas, llegó a este mundo por probar. “Una amiga me dijo en 2010 que era muy seguro y yo lo único que quería saber era si podía ponerme disfraces divertidos”, cuenta entre emoticonos sonrientes.
Tras probarlo estuvo grabando durante unos años cuando desde la empresa “me preguntaron si quería ser una coach y acepté el reto”, aunque asegura que no era la primera vez que formaba a gente. “Ya lo hice en otros trabajos, es mi pasión”. Nikki encontró el puesto perfecto donde tiene “la suerte de tener una oportunidad donde ayudar a otras chicas de la industria”.
¿Cuánto gana?
En un reciente estudio de la cadena CNBC, una actriz porno recibe una media de entre 800 y 1.000 dólares por escena. Nikki, que se ríe de quienes piensan que este no es un trabajo de verdad, cuenta que en su primer mes como Cam Girl ganó 1.000 dólares, el segundo se embolsó 2.000 y el tercero 3.000. “De media, como cam girl, gano unos 4.500 al mes trabajando un mínimo de 30 horas a la semana y manteniendo un horario estricto para ser capaz de ganar esa cantidad de dinero”.
Pero además de hacer estos videos en directo, recibe un sueldo que prefiere no revelar. Y lo recibe por ofrecer dos sesiones de una hora a la semana. “Si alguien me da una propina alguna vez la reparto entre las chicas, ellas son la mejor parte de este trabajo”, reconoce orgullosa.
Pero también hay partes malas
Recibir peticiones brutas y asquerosas, subidas de tono es algo normal, dice a la vez que asegura que “después de trabajar en internet nada me asusta”. Por eso aconseja a las chicas que acuden a su formación que “sean ellas mismas, que se rían de la negatividad y que confíen en su instinto”.
Ese mismo instinto que ha llevado a Nikki a tener un trabajo en el que ayuda a chicas de todo el mundo y del que no se piensa retirar. “No, nunca he pensado retirarme. Es obvio que un día pondré delante de las cámaras a otra persona pero continuaré liderando mi equipo y ayudando en la parte de desarrollo de la empresa. Retirarme nunca se me ha pasado por la cabeza”, termina.