Lo invisible se hace visible en la nueva colección de Juan Vidal, que ha tomado la lencería femenina como punto de partida para construir prendas que "normalizan la sexualidad de la mujer" mediante sujetadores, ligueros y camisones convertidos en prendas de calle.
Hay una serie de prendas que la mujer "no debe mostrar" y otras que sí, pero esas normas no son válidas para Juan Vidal. El diseñador ha dejado a la vista aquello que normalmente no se ve, la lencería, que se ha convertido en la protagonista absoluta de su colección y el punto de partida de todas las prendas.
Una línea de trabajo que se evidencia en unos vestidos "que se desnudan". Prendas que parten de sensuales sujetadores de encaje negro, enganchadas a una falda de satén que cae por el cuerpo de la mujer, como si se desvistiera al caminar.
La idea del erotismo en la que se asienta la propuesta se refuerza en un vestido que imita los míticos plisados de Fortuny, sobre el que se imprimen imágenes ampliadas de esculturas clásicas del cuerpo humano.
Vidal rinde homenaje al cuerpo femenino con siluetas ajustadas y otras llenas de volúmenes ligeros, que aparecen en grandes faldas y también en piezas de chándal. Una línea marcadamente deportiva con la que el creador aboga por "la libertad de la mujer" a la hora de definir lo que se considera sexy y apropiado.
Es la primera vez que Juan Vidal incorpora el tejano. Un terreno en el que se ha estrenado con un pantalón vaquero blanco de talle alto en el que se intuía un liguero femenino, y cuyas cremalleras se decoraban con motivos de corazones, el nuevo logo de la firma.
Antes, piezas con vocación de servir al hombre urbano se han visto en el tercer desfile de Duarte en la pasarela madrileña. Una colección de calidad, muy pensada y trabajada, confeccionada con tejidos naturales como el lino y el algodón.
Ideada para un hombre que busca confort y prendas de largo recorrido, en las que también tienen cabida las piezas femeninas, con más protagonismo que en propuestas anteriores.
"Nos gustan las prendas sin género, con hombros marcados y siluetas amplias", ha explicado el diseñador de la firma Kiko Font, quien asegura que en este trabajo imperan "las prendas limpias, los colores neutros y la ausencia de ornamento".
La silueta de las prendas femeninas parte de los patrones masculinos, que en esta ocasión se presentan con líneas contemporáneas amplias, cortes depurados y cinturas encajadas.
A lo largo del desfile se ve un buen trabajo de sastrería actualizado sobre prendas de napa o denim. "Esta temporada pega fuerte la camisa de manga corta", apunta Font, quien defiende al máximo la belleza de la sencillez.
El color de la colección tiene una clara intencionalidad, "mostrar la dualidad entre lo natural y lo artificial", dice Font, el cual explica que los tonos ocres, tierras y verdes representan el mundo "orgánico", mientras que los naranjas estridentes y los azules eléctricos se encargan de mostrar la estética más "adulterada".
Moisés Nieto ha sido el encargado de echar el cierre a la 68 edición de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid en un lujoso hotel de la capital, con un evento "mucho más cercano" que los desfiles al uso y en el que los asistentes han interactuado con las prendas.
Piezas de estilo naíf que plantan cara a "la estética trash y el feísmo". Dos tendencias muy actuales que el creador ha dejado de lado para "volver a la belleza de antes, la de las prendas bien hechas".
Lo ha hecho a base de siluetas sesenteras que revelan su inspiración principal: el cine de la Nouvelle Vague, cuya esencia ha traducido en diseños aniñados pero potentes, entre los que destacan trajes de camisa y pantalón trabajados con los clásicos volúmenes de la firma.
La colección se ha movido entre colores oscuros y otros "ácidos" que se entrelazan mediante el juego de tejidos, como un jacquard azul pastel y amarillo flúor con un dibujo floral y de animal print, que Moisés Nieto ha empleado tanto del derecho como del revés, remarcando ese punto infantil y juguetón. Una esencia que ha remarcado con los accesorios, unos cinturones con flores de rafia y unos diminutos bolsos con cadenas de plástico.
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