Porque el día de antes también importa. Muchas novias se preguntarán… ¿Y qué me pongo para mi preboda? Las celebraciones del amor han cambiado. Las bodas ya no son lo que eran, ahora son algo más que la ceremonia. Las novias demandan bodas en las que todo esté bajo control, los detalles se cuiden al máximo y que no falte de nada. Dentro de esta vorágine de las nuevas bodas entra en juego un elemento más: la preboda. Un evento que se realiza el día anterior junto a los amigos y los seres queridos más cercanos.
"Desde el atelier nos hemos dado cuenta de que el fenómeno de las prebodas crece sin parar temporada tras temporada. Por ello, hemos ampliado nuestro servicio de confección a medida para asesorar a las novias también con su vestido de preboda", explica Laura Escribano, modista y creadora de vestidos de novia. Desde el taller se siguen las mismas pautas de trabajo que en los trajes de novia que se confeccionan a medida.
Cómo elegir el look preboda perfecto:
Los estilismos tienen mucho que ver con la personalidad de cada una.
1. No te agobies
La preboda es el momento perfecto para empezar a celebrar y liberarse de los meses de estrés y nervios. Disfruta del momento juntando a todos tus seres queridos. Reuniros alrededor de una bonita mesa como si fuera el preludio de lo que será el gran día. El día de tu boda.
2. Fuera protocolos
En las prebodas no hay nada escrito. Tu vestido no tiene porqué ser estrictamente blanco. El largo de la falda y la forma de las mangas tampoco importan. Las novias tienen más libertad para elegir el diseño.
3. Sé fiel a tu estilo
Esa libertad estilística de las prebodas tampoco la debemos tomar a la ligera. Como con el vestido de novia, escoge un diseño que sea totalmente tu estilo, con el que te sientas cómoda, guapa y segura.
4. Un adelanto del vestido de novia
El look preboda puede ser un pequeño avance de lo que lucirás en la boda. Puedes dar pistas a tus invitados con pequeños detalles que destacarás al día siguiente.
5. ¿Y si no fuera un vestido?
Aprovecha la preboda para escoger un diseño que no sea un vestido. Apuesta por trajes, blusas o faldas. Lucir prendas por separado que luego podrás reutilizar para multitud de ocasiones es, sin duda, un gran acierto.
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