La toxina botulínica tipo A o bótox, como es popularmente conocida, es sin duda uno de los procedimientos de la medicina estética más demandados en todo el mundo, también en verano. Una técnica de rejuvenecimiento con la que es posible revitalizar y rejuvenecer la mirada, reducir las arrugas o recuperar la firmeza y calidad natural de la piel, entre otras cosas.
En cambio, son muchas las personas que tienen dudas acerca del bótox o no saben si pueden acudir a la playa o tomar el sol después de una sesión. Los doctores Mario Arques y Sergio Cordero, expertos en uno de los tratamientos estéticos más demandamos del momento, resuelven todas las preguntas para uso de este potente rejuvenecedor cuando llega la temporada estival.
¿Bótox sí o no?
"La SEME (Sociedad Española de Medicina Estética) aconseja el bótox sobre todo en verano, que es cuando más se acentúan los gestos de expresión. La toxina botulínica es muy eficaz en cualquier época del año y por supuesto, también en esta, es muy eficaz para atenuar las patas de gallo y otras arrugas de la frente o el entrecejo, su principal uso es para suavizar las arrugas del tercio superior de la cara", cuenta el Dr. Mario Arques.
Por su parte, el Dr. Sergio Cordero detalla que "el bótox se aplica durante todo el año, pero adquiere la categoría de tratamiento estrella cuando se aproxima el verano ya que las líneas de expresión se acentúan más debido a la mayor exposición solar". Asimismo, contesta algunas de las cuestiones más planteadas sobre este tipo de tratamiento.
¿Cuándo es mejor aplicarlo?
El experto dicta que para no mostrar un aspecto cansado o apariencia de persona mayor, la aplicación debe ser preventiva, es decir, antes de que aparezca la arruga para frenar su aparición. En verano, hay que tener en cuenta que la piel sufre mucho por la sobreexposición al sol, el sudor... por lo que ahora sería el mejor momento.
¿A qué edad se recomienda?
"No hay edad", el doctor matiza que cada paciente es distinto y, por lo tanto, también distinta formación de arrugas. Puede ser a los 25 años, en algunos casos, y no ser necesario a los 40 años en otros. Lo fundamental es conocer la gesticulación del paciente y el tipo de piel que tiene, ya que una persona que gesticula mucho tenderá a formar muchas arrugar, una persona que gesticule poco puede ser que nunca vaya a necesitar bótox.
¿Cómo se aplica?
Su aplicación es muy sencilla. El producto viene en suspensión en polvo que el especialista diluye en suero fisiológico para poder aplicarlo. Se carga en una jeringa de un mililitro y se aplica, mediante microinyecciones, en determinados puntos establecidos.
Antes de aplicarlo, se le pide al paciente que gesticule, porque a pesar de que haya unos puntos establecidos, cada paciente es distinto y se tiene que encontrar qué arrugas son las que forman para inyectarlo mediante pequeños pinchazos. Por supuesto, sin anestesia y en muy poco tiempo, apenas diez minutos. La duración depende del paciente, más o menos, unos cuatro o seis meses.
¿Tiene más usos?
En verano, gana una enorme popularidad la aplicación de la toxina en la palma de las manos o las axilas, con el objetivo de detener la sudoración excesiva. Un problema más extendido de lo que podamos imaginar y que se solventa con la aplicación de bótox de forma estratégica en las zonas mencionadas.
¿Alguna contraindicación?
El paciente puede acudir sin inconveniente alguno a la playa o a la piscina; no requiere reposo, ni existen contraindicaciones respecto al sudor. Básicamente no tiene efectos adversos.
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